Del BonIce a la geopolítica comercial: la irónica respuesta de Mr Taxes
Resumen
Una broma sobre aranceles a pingüinos llevó a Luis Carlos Reyes a criticar la política comercial de EE.UU. bajo Trump, resaltando la falta de coherencia y estabilidad que afecta la economía global y especialmente a países como Colombia, dependientes de mercados volátiles.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Una pregunta absurda en redes sociales sirvió como detonante para una reflexión seria sobre la política comercial internacional. Todo empezó con una consulta humorística dirigida a Luis Carlos Reyes, exministro de Comercio de Colombia y popularmente conocido como “Mr. Taxes”: “¿Los aranceles impuestos por Donald Trump a la Isla de los Pingüinos harán que el BonIce suba de precio?” La interrogante, aunque disparatada, recibió una respuesta que combinó humor y análisis económico de alto calibre.
Reyes no desaprovechó la oportunidad para bromear. Entre risas, negó cualquier impacto sobre el clásico helado colombiano, explicando que los aranceles no aplicaban a las remotas Islas Heard y McDonald, habitadas por pingüinos y nada más. Luego, añadió con ironía: “Creo que estás listo para unirte al equipo comercial de Trump. Podrías ayudarles a hacerse las preguntas que claramente no se están haciendo”.
Pero lo que comenzó como una salida cómica se transformó en una crítica punzante. Reyes aprovechó el momento para alertar sobre la creciente improvisación en la política comercial de Estados Unidos. A su juicio, decisiones como la imposición —y posterior eliminación— de aranceles a países como Vietnam, competidor directo de Colombia en exportaciones de café, demuestran una preocupante falta de coherencia. “Hoy bajaron esos aranceles, al igual que con la Unión Europea. Otros países que tenían tasas altísimas ahora están igual que la Isla de los Pingüinos… y que Colombia”, apuntó con sarcasmo.
La crítica central de Reyes va más allá del chiste y se enfoca en la volatilidad de las decisiones comerciales en la era Trump. Para él, lo que debería ser un terreno de reglas claras y estables se ha convertido en un campo minado de improvisación, lo que genera incertidumbre tanto dentro como fuera de Estados Unidos. “Quienes quieren invertir ya no saben a qué atenerse”, afirmó. En ese contexto, países como Colombia se ven particularmente vulnerables si dependen de un solo mercado volátil.
Un ejemplo contundente es el café. Mientras Colombia había gozado de ciertas ventajas frente a Vietnam gracias a aranceles más bajos, esa diferencia ya se ha desdibujado. “Lo que era válido ayer, ya no lo es hoy. ¿Quién sabe qué pasará en 90 días si Trump decide retomar sus políticas iniciales?”, se preguntó Reyes, subrayando el impacto que estas decisiones tienen en la planificación económica y en la competitividad global.
El exministro fue enfático: las medidas proteccionistas de Estados Unidos no solo son ineficaces para reducir el déficit comercial, sino que también pueden perjudicar a sus propios consumidores y aliados. “Estos problemas se pueden manejar con herramientas mucho menos nocivas”, explicó, y añadió que incluso dentro de Estados Unidos han surgido críticas que ponen en duda la sostenibilidad de este enfoque.
Por eso, para Colombia, el mensaje es claro: no puede seguir apostando por un solo socio comercial. En un mundo donde las reglas cambian de un día para otro, diversificar los destinos de exportación no es solo una estrategia conveniente, sino una necesidad para garantizar la estabilidad económica.
Así, una pregunta sobre un BonIce y unos pingüinos terminó destapando una realidad que, aunque menos divertida, es crucial: la improvisación en la política comercial internacional puede parecer lejana o abstracta, pero sus efectos son tan reales como el precio de un helado en la tienda de la esquina.