Resumen
El Papa Francisco insta a un enfoque más pastoral y misericordioso en la aplicación del Derecho Canónico, destacando la salvación de las almas como ley suprema. Pide que las normas sean implementadas de manera que reflejen la presencia de Jesús misericordioso.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Por: Padre Gerardo Rojas. Toda ley eclesiástica debe referirse siempre a la Salvación de las almas. Lo único que el mundo necesita es el Evangelio de la misericordia de Jesús. La aplicación del derecho canónico es un medio para evangelizar.
"Incluso cuando haya que aplicar una sanción severa a quien ha cometido un delito gravísimo, la Iglesia, que es madre, le ofrecerá la ayuda y el apoyo espiritual indispensables para que, en el arrepentimiento, encuentre el rostro misericordioso del Padre". Este es el corazón del mensaje del Papa Francisco dirigido a Chiara Minelli, presidenta de la Consociatio Internationalis Studio Iuris Canonici Promovendo, asociación fundada hace cincuenta años con el objetivo de unir a expertos en Derecho Canónico de universidades eclesiásticas y civiles de muchas partes del mundo, en la promoción de una disciplina que el Pontífice considera "importante para la vida de la Iglesia".
Con este motivo, el Papa expresa su deseo de que sea un momento providencial de reflexión "para renovar vuestra colaboración en un ámbito tan delicado de la Iglesia". Y subraya: "Sean conscientes de que son instrumentos de la justicia de Dios, que está siempre indisolublemente unida a la misericordia".
El derecho canónico debe ser más pastoral y misionero "También se puede ser canonista, pero en el modo de razonar estar sin fe", señala Francisco en el mensaje, y añade: "Todas las dimensiones y estructuras eclesiales deben hacer una conversión pastoral y misionera, para llevar al mundo lo único que necesita: el Evangelio de la misericordia de Jesús. Incluso el Derecho Canónico está investido de este mandato que el Maestro dio a su Iglesia, por lo que necesita ser más pastoral y misionero".
"Llegar a ser pastorales -sigue subrayando el Pontífice- no significa que haya que dejar de lado las normas y guiarse como se quiera, sino que al aplicarlas hay que procurar que los cristifideles encuentren en ellas la presencia de Jesús misericordioso, que no condena, sino que exhorta a no pecar más porque da la gracia". “El que de vosotros este sin pecado que tire la primera piedra” Jn. 8:7 La ley suprema es la salvación de las almas.
En el corazón del Derecho Canónico y del Derecho Civil está la persona; la particularidad en el Derecho Canónico es la persona como redimida en Cristo, como fiel en la Iglesia. A través de las leyes, tanto la Iglesia como la sociedad civil pretenden procurar el bien común; sin embargo, en la Iglesia no se trata sólo de un orden externo que permite al individuo cumplir sus obligaciones y ejercer sus derechos, sino que es expresión de la presencia de Cristo Salvador, realidad interior de la gracia, que es el bien común precisamente porque pertenece a todo creyente.