Resumen
El desbordamiento de la quebrada Las Cruces en San Vicente de Chucurí, Santander, causado por intensas lluvias, dejó un muerto, más de 100 familias damnificadas y devastó la infraestructura local. Las autoridades trabajan en la evacuación y suministro de ayuda a los afectados.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)El municipio de San Vicente de Chucurí, en Santander, se encuentra en medio de una tragedia tras el desbordamiento de la quebrada Las Cruces, que dejó una persona muerta, más de 100 familias damnificadas y una devastación significativa en la infraestructura de la región. La emergencia fue causada por las intensas lluvias que han golpeado la región en las últimas semanas, lo que ha provocado deslizamientos de tierra y el colapso de las vías, dejando a varias comunidades incomunicadas.
Oscar Mauricio Sanmiguel Rodríguez, alcalde de San Vicente de Chucurí, señaló que la situación en el municipio es crítica. “Los 38 mil habitantes de San Vicente de Chucurí están sin agua potable, ya que los acueductos fueron destruidos por la avalancha. El agua está siendo suministrada mediante carrotanques, pero esto no es suficiente para atender la magnitud de la emergencia”, aseguró el mandatario.
El alcalde también indicó que el municipio ha quedado aislado en varias zonas, ya que las carreteras que conectan el casco urbano con las veredas han sido destruidas. Un total de 15 veredas han quedado incomunicadas, lo que dificulta aún más el acceso a la ayuda humanitaria.
La respuesta del gobierno y los organismos de socorro
Frente a esta grave situación, el gobierno departamental y los organismos de socorro han intensificado sus esfuerzos para brindar atención a las víctimas. El Ejército Nacional, la Policía, la OGRD Santander, junto con la Defensa Civil y los bomberos, han desplegado un operativo de emergencia en la zona afectada. El mayor Juan Camilo Muñoz Revelo, comandante del Batallón Luciano D’Elhuyar, destacó el trabajo conjunto con las autoridades locales para garantizar la seguridad y el bienestar de la población. “Desde el domingo 10 de noviembre hemos logrado evacuar con éxito a las familias en riesgo, quienes ya se encuentran en albergues dispuestos por la Alcaldía de San Vicente de Chucurí”, afirmó.
Además de las evacuaciones, el Ejército ha colaborado en el abastecimiento de agua potable y la distribución de víveres, colchones y frazadas a las personas afectadas. Este esfuerzo se realiza en conjunto con las autoridades locales y departamentales, que están trabajando para paliar las necesidades más urgentes de los damnificados.
El gobernador de Santander, General ® Juvenal Díaz Mateus, también se pronunció sobre la situación, solicitando apoyo al Gobierno Nacional para enfrentar la emergencia. Según el mandatario, el 50% del municipio de San Vicente de Chucurí se encuentra en emergencia por las lluvias, que han generado graves daños en la infraestructura vial y en las viviendas de la región. “Las lluvias han afectado gravemente las vías terciarias, y algunas han colapsado completamente. Esto ha dificultado la llegada de ayuda a las zonas más remotas”, afirmó el gobernador.
El gobierno departamental, además, ha destinado $3.400 millones para prevenir una tragedia mayor, un monto que se sumará a los recursos solicitados a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo. Con este apoyo, se espera acelerar las labores de reconstrucción y atender las necesidades más urgentes de las familias afectadas.
Solidaridad y apoyo de la comunidad
La tragedia ha desencadenado una ola de solidaridad entre los ciudadanos y diversas organizaciones sociales. Desde el momento del desastre, varios puntos de acopio se han habilitado en diferentes municipios de Santander, donde se reciben donaciones de ropa, alimentos no perecederos, medicinas y productos de higiene. Julián Tangua, coordinador del Colectivo Popular Guane, destacó la importancia de la cooperación comunitaria. “Las familias damnificadas necesitan ropa, especialmente de segunda mano, y artículos básicos como colchonetas y alimentos. Es vital que todos los santandereanos nos unamos para ayudar a quienes lo han perdido todo”, expresó Tangua en una entrevista con Caracol Radio. En Bucaramanga el punto de acopio es en la Corporación Compromiso en la carrera 32 #58-20.
El hospital de San Vicente de Chucurí ha asegurado que cuenta con los suministros médicos necesarios para cubrir la emergencia, pero las autoridades locales han enfatizado la necesidad de seguir recibiendo ayuda humanitaria, especialmente para los adultos mayores y los niños. La Gobernación de Santander también ha habilitado un punto de acopio en la calle 46 #39-94 Cabecera, Bucaramanga, donde se reciben donaciones para apoyar a los afectados por las lluvias, también podrán contactarlos a través del número 3193630466.
Los efectos de la ola invernal
San Vicente de Chucurí no es el único municipio afectado por las lluvias en Santander. Según el Coordinador de Gestión del Riesgo en el departamento, Eduard Sánchez, 56 municipios de Santander están en estado de calamidad pública debido a las lluvias, desbordamientos de ríos y quebradas, deslizamientos de tierra y la pérdida de infraestructura vial. Entre los municipios más afectados se encuentran Tona, Puerto Wilches, Sabana de Torres y Puente Nacional.
En particular, las provincias de Yariguíes y García Rovira han sido las más golpeadas, con afectaciones en las vías terciarias que conectan a San Vicente de Chucurí con otras localidades. La situación es crítica en algunas zonas rurales, donde se han perdido cultivos y las familias no pueden salir debido a los daños en las vías.
A medida que la situación continúa desarrollándose, las autoridades locales y los organismos de socorro se enfrentan a un reto mayúsculo para atender las necesidades de las personas afectadas. Las lluvias no cesan, y la comunidad sigue expuesta a nuevos riesgos. Sin embargo, la cooperación entre la ciudadanía, el gobierno y las organizaciones sociales brinda esperanza de que San Vicente de Chucurí podrá superar esta tragedia.
El municipio, que se caracteriza por su producción agrícola, especialmente el cacao, deberá enfrentarse a la reconstrucción de sus infraestructuras y la recuperación de sus cultivos, que han quedado arrasados por la avalancha. Con el apoyo de todos, se espera que las comunidades afectadas puedan comenzar a reconstruir sus vidas y encontrar una salida a la crisis que los ha golpeado de manera tan devastadora.