Descubrimiento de monumentales grabados rupestres en el Orinoco captura la atención de Colombia

Un equipo de arqueólogos en Colombia ha desvelado grabados rupestres de tamaño colosal a lo largo del curso del río Orinoco, que marca la frontera entre Colombia y Venezuela. La importancia de este descubrimiento, celebrado por el presidente Gustavo Petro, no solo radica en su magnitud –algunas obras tienen hasta 40 metros de longitud– sino también en su probable función como marcadores de territorio, exigiendo respeto.

Los grabados hallados en los Rápidos de Atures, incluyen representaciones de fauna local como serpientes y ciempiés, así como figuras humanas, reflejando la profunda conexión de estos símbolos con las creencias indígenas. La investigación, que tuvo el apoyo de prestigiosas instituciones como la Universidad de los Andes y el University College de Londres, vio luz en la revista Antiquity.

"Este trabajo ha mejorado significativamente la precisión de nuestras cronologías culturales regionales, abriendo nuevas puertas para entender el arte rupestre en su contexto", comentó Phil Riris, líder de la investigación.

Asimismo, se plantea que más allá de su asombroso tamaño, la posición estratégica de estos grabados sugiere que el área era un punto de encuentro y comercio prehistórico sustancial.

Basado en evidencia como fragmentos cerámicos encontrados en la zona, se estima que estas obras podrían tener entre 1.000 y 2.000 años de antigüedad. La función de estas imágenes abarcaría desde la delimitación de territorios hasta la afirmación de identidades grupales, según declara el coautor del estudio José Oliver.

El descubrimiento ha reforzado la necesidad de preservar estos sitios ante el incremento del turismo. Phil Riris enfatizó en la colaboración entre autoridades e indígenas para proteger estas expresiones culturales. El trabajo futuro busca involucrar más a los grupos autóctonos para enriquecer la comprensión de estas manifestaciones artísticas.