Resumen
El Informe de Calidad de Vida 2024 destaca el aumento de la deserción escolar en Bucaramanga entre 2021 y 2023, atribuido a pobreza, inestabilidad familiar, infraestructura deficiente y embarazo adolescente. Esto perpetúa la pobreza y aumenta el riesgo de trabajo infantil y delincuencia.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Por: Fundación Participar*
El reciente Informe de Calidad de Vida 2024 de Bucaramanga Metropolitana Cómo Vamos destaca un fenómeno preocupante: el aumento y la persistencia de la deserción intra-anual en el sistema educativo oficial en el Área Metropolitana de Bucaramanga. Esta tasa mide los estudiantes que abandonan la escuela antes de finalizar el año lectivo, y los resultados entre 2021 y 2023 son alarmantes, lo que requiere una acción inmediata de las autoridades.
En Bucaramanga, la deserción pasó del 2.8% en 2021 a un preocupante 6.4% en 2022, aunque mejoró ligeramente al 4.9% en 2023. Floridablanca, por su parte, registró una de las cifras más elevadas en 2021 con un 6.9%, pero experimentó una caída progresiva hasta el 4.8% en 2023. Girón también mostró esfuerzos significativos para reducir la deserción, pasando del 6.3% en 2021 al 5.5% en 2023. Piedecuesta, en cambio, mantuvo una estabilidad relativa, con cifras entre el 3.1% y 3.4%.
Según el Ministerio de Educación Nacional (MEN), las causas principales de la deserción incluyen la pobreza, que limita la capacidad de las familias para asumir los costos de la educación; la inestabilidad familiar, que impacta el rendimiento académico; la falta de acceso a infraestructuras adecuadas en zonas rurales; y el embarazo adolescente, que afecta particularmente a las mujeres jóvenes. Además, el bajo rendimiento escolar y la violencia en algunas regiones agravan la situación.
Otro factor silencioso es el aburrimiento de los estudiantes, quienes se enfrentan a planes de estudio sobresaturados de asignaturas y con contenidos obsoletos.
Las consecuencias de este fenómeno son devastadoras, tanto a nivel individual como social. Los jóvenes que abandonan la escuela tienen menos acceso a empleos formales y bien remunerados, perpetuando así el ciclo de la pobreza. Esto también aumenta el riesgo de trabajo infantil y delincuencia, sobre todo en contextos vulnerables. Además, la deserción escolar contribuye a la inequidad social, poniendo en riesgo la democracia de nuestro sistema político.
Quiero terminar con las palabras del Pacto para el Futuro 2024: "Hay niños, niñas y jóvenes que siguen viviendo en la pobreza extrema, sin acceso a servicios básicos vitales y sin que se respeten sus derechos fundamentales. Reconocemos que, junto con las generaciones futuras, tendrán que vivir con las consecuencias de nuestras acciones y de nuestra inacción".
*Gonzalo Ordóñez Gómez. E-mail: fundparticipar@yahoo.es