Resumen
Sandra Hemme, después de 43 años en prisión por un crimen que no cometió, ha sido liberada, siendo la mujer que más tiempo ha pasado injustamente encarcelada en EE. UU. Su liberación resalta los desafíos en corregir errores judiciales en el país.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Sandra Hemme, de 64 años, ha sido liberada después de pasar 43 años en prisión por un crimen que no cometió, convirtiéndose en la mujer que ha permanecido más tiempo injustamente encarcelada en Estados Unidos. Su liberación se produjo el pasado viernes, a pesar de la oposición persistente del fiscal general de Missouri, Andrew Bailey.
El caso de Hemme atrajo atención nacional cuando un juez ordenó su liberación después de determinar que había pruebas claras y convincentes de su inocencia. La condena de Hemme fue anulada el 14 de junio por el juez Ryan Horsman, quien destacó la falta de pruebas en su contra. Sin embargo, Bailey luchó contra su liberación en los tribunales, argumentando que Hemme debía continuar en prisión debido a delitos cometidos mientras estaba encarcelada.
El conflicto alcanzó un punto crítico el viernes, cuando Horsman amenazó con declarar a la oficina del fiscal general en desacato si no se cumplía la orden de liberación. El Departamento de Correcciones de Missouri confirmó que Hemme fue liberada a las 17:50 horas, justo antes de la fecha límite establecida por el juez.
La liberación de Hemme fue celebrada por su familia, que se reunió con ella en un parque cercano. Su reencuentro con su hermana, hija y nieta estuvo lleno de emoción y lágrimas. El equipo legal de Hemme, dirigido por el Innocence Project, la identificó como la mujer que ha pasado más tiempo en prisión de manera errónea en Estados Unidos.
Sean O’Brien, uno de los abogados de Hemme, criticó el sistema judicial y la resistencia de algunos funcionarios a aceptar la evidencia de inocencia. La situación también ha sido comentada por Peter Joy, profesor de derecho en la Universidad de Washington en St. Louis, quien calificó los esfuerzos por mantener a Hemme en prisión como un “shock para la conciencia”.
Sandra Hemme, que ahora está libre, representa un caso emblemático de los desafíos persistentes en el sistema judicial estadounidense, destacando la dificultad de corregir errores judiciales a pesar de la evidencia de inocencia.
