Suscribirse

Suscríbete a nuestro boletín

¡Éxito! Revisa tu correo

Para completar la suscripción, haz clic en el enlace de confirmación en tu bandeja de entrada. Si no lo recibes en 3 minutos, revisa tu carpeta de correo no deseado.

Vale, gracias
Dos hermanos volaron sobre tierra gracias al Ejército Nacional

Dos hermanos volaron sobre tierra gracias al Ejército Nacional

Resumen

Aarón y Maxi, de 8 y 6 años, disfrutaron una experiencia única en la Escuela de Equitación del Ejército Nacional. Montaron, cuidaron y aprenderion sobre caballos en un día dedicado a enseñar amor por los animales y fomentar disciplina.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Danilo Pérez profile image
by Danilo Pérez

La Escuela de equitación generó una experiencia especial por el Día del Niño

Como parte de la celebración del Día del Niño, el Ejército Nacional abrió las puertas de su Escuela de Equitación para regalarles a dos pequeños hermanos una experiencia inolvidable: conocer, cuidar y montar caballos por primera vez.

Aarón y Maxi, dos hermanos de 8 y 6 años, llegaron al cantón militar de Bogotá transportados por un vehículo oficial. El objetivo resultó más que un simple traslado. Era un día especial en sus vidas.

El Ejército Nacional había convocado a sus fuerzas ecuestres para convertir el Día del Niño en una experiencia única. La Escuela de Equitación abrió sus puertas a estos pequeños, hijos de un cabo primero, con el fin de entregarles no sólo diversión, sino también aprendizaje y respeto por los animales.

La jornada empezó con la presentación de los caballos y los nuevos jinetes. Cada ejemplar exhibió porte y dominio propios de su adiestramiento. Aarón recibió a un alazán que dobló su altura con su crin reluciente.

Maxi, en cambio, encontró afinidad con un tordillo robusto y paciente. El instructor designado explicó normas de seguridad, normas de acercamiento y pasos básicos de manejo.

El Ejército Nacional dispuso todo para que los niños participaran en actividades de cuidado y manejo. Primero, cepillaron los lomos y peinaron las crines con cepillos especiales. Cada golpe firme de cerdas eliminó polvo y restos de heno.

Bajo la supervisión de un oficial, colocaron la montura con precisión, ajustaron cinchas y probaron las riendas. Todo acto remató con aplausos y elogios cuando lo hicieron a la perfección. Listos para montar.

Concentrados en la pista

El momento cumbre llegó con la primera monta. El instructor subió tras los niños para asesorar su posición. Aarón montó con el tronco erguido y la mirada fija al frente.

Maxi aseguró sus pies en los estribos y mantuvo el tronco relajado. Los cascos tocaron el sendero de arena y avanzaron paso a paso. En ocasiones, el instructor señaló a los hermanos extender los brazos para hallar equilibrio. Ambos replicaron la orden de inmediato y sintieron el pulso vivo de los nobles animales.

La Escuela de Equitación, destinada a formar a militares en labores de patrullaje y representación oficial, adaptó su metodología a la inocencia infantil. Cada ejercicio resultó breve, preciso y seguro.

Hubo instantes de conexión controlada. La idea pretendió sembrar valores de empatía y fortaleza emocional. El cuerpo militar confía en que un acercamiento temprano a los equinos promueve disciplina, desarrollo físico y autoestima.

Promesas de volver

Aarón y Maxi desfilaron junto a los caballos por la pista principal. Portaron sombreros de fieltro y botas infantiles de caucho. Sus rostros reflejaron concentración ante la mirada de familiares y oficiales.

El instructor expresó que todos esos momentos trascienden la diversión: impulsan el vínculo entre el ser humano y la naturaleza, tan necesario en las ciudades y con los niños que son el futuro del país.

La despedida resultó emotiva. Aarón depositó una caricia en el hocico de su alazán y Maxi deslizó su mano por el cuello del tordillo. La madre y el padre, cabo primero, agradecieron en nombre de sus hijos la oportunidad de enfrentar el asombro y relacionarse con los equinos.

Aarón y Maxi regresaron a su hogar con nuevas habilidades, mayor confianza y el deseo firme de volver. El Ejército Nacional, por su parte, confirmó que la formación ecuestre no se limita a los profesionales de uniforme, sino que puede convertirse en puente para sueños infantiles. Así nació, en un día señalado para la niñez, un vínculo indestructible entre dos niños y dos caballos.

Danilo Pérez profile image
por Danilo Pérez

Subscribe to New Posts

Lorem ultrices malesuada sapien amet pulvinar quis. Feugiat etiam ullamcorper pharetra vitae nibh enim vel.

¡Éxito! Revisa tu correo

To complete Subscribe, click the confirmation link in your inbox. If it doesn’t arrive within 3 minutes, check your spam folder.

Vale, gracias

Leer más