Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)La Corporación de Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB) ha comenzado el proceso de recuperación de dos loras cabeciamarillas, que pasaron más de 40 años en cautiverio como mascotas de una familia. Estas aves, conocidas científicamente como Amazona ochrocephala y Amazona amazónica, son ahora sometidas a un programa integral de rehabilitación en el Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre (CAV) de la CDMB.
Las loras, que han estado prisioneras en un entorno humano, reciben tratamientos especiales que incluyen nutrición adecuada, rehabilitación física y actividades diseñadas para recuperar su instinto animal. La CDMB ha implementado estos procedimientos con el apoyo de otras aves, que facilitan el aprendizaje y la adaptación de las loras a su entorno natural.
Vladimir Quintero Sánchez, médico veterinario y coordinador del CAV, destacó que durante la revisión inicial, se identificaron varias complicaciones en la salud de las aves. La lora mayor presenta malformaciones en las uñas y el pico, indicativas de una alimentación inadecuada a lo largo de su vida. Además, su plumaje muestra coloraciones anormales, resultado de una dieta incorrecta. Por su parte, la otra lora, que había estado en cautiverio durante más de 15 años, ha sufrido problemas de salud severos debido al estrés y la mala nutrición, lo que ha llevado a lesiones y pérdida de plumas.
Quintero enfatizó que la humanización de la fauna silvestre es un grave problema. Las aves, que han aprendido a imitar sonidos humanos, no han desarrollado los comportamientos necesarios para sobrevivir en su hábitat natural. Aunque la CDMB se compromete a realizar todos los procedimientos de rehabilitación, la reintegración de estas loras al medio silvestre presenta desafíos significativos debido a su alteración conductual.
El director general de la CDMB, Juan Carlos Reyes Nova, hizo un llamado a la conciencia ambiental, recordando a la comunidad que las aves y otros animales silvestres no deben ser tratados como mascotas. "Las aves necesitan sus plumas para volar y protegerse. Capturarlas y mutilarlas les quita la posibilidad de regresar a su hábitat", afirmó Reyes.