ir al contenido

Durmiendo con el enemigo

‼️ Envianos tu denuncia o noticia
Versión Beta Reportar error

Resumen

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Espacio Publicitario
+ Google Noticias
+ Canal WhatsApp

“Cuántas mujeres calladas porque ni siquiera ellas pudieron, pueden o podrán decir: ‘Esta boca es mía’, ‘este cuerpo es mío’, “esto es lo que yo pienso’” (Virginia Woolf).

Me levanté con una noticia realmente aterradora, sobre todo porque su protagonista, aunque vive en Europa, fue sometida, de manera atroz por 9 años, a todo tipo de vejámenes sexuales por parte de más de 50 hombres, dentro de su propia casa. Pero esto realmente no es la peor parte de la historia, ya que estos actos los propiciaba su propio esposo, quien le suministraba drogas que la dejaban en incapacidad de resistir y a su vez le provocaban tremendas lagunas que le impedían recordar los sometimientos extremos, que, tanto en su cuerpo como en su libertad, día tras día, por casi una década había recibido.

El nombre de esta valiente mujer es Giselle Pélicot, que en la actualidad tiene 71 años y que de manera heroica está enfrentando un juicio contra su marido Dominic Pélicot, en Francia. Estos hechos pudieron ser descubiertos, precisamente, cuando el “esposo pervertido” fue sorprendido grabando debajo de sus faldas, a unas mujeres en un centro comercial en el año 2020.

Tanto en el teléfono del sujeto, como en su computador se encontró material fotográfico y videos, donde su esposa era instrumentalizada sexualmente por desconocidos; cabe mencionar por testimonios de los más de 18 hombres que hasta el momento han sido capturados, que Pélicot nunca les cobró, siendo que la gran mayoría de ellos fueron contactados a través de un sitio web de citas llamado ‘Coco’.

Hace unas semanas empezó el juicio contra este jubilado de 72 años, acusado ya formalmente de drogar por años a su mujer, para que la violaran desconocidos de entre 26 a 72 años, convirtiéndose en un proceso emblemático, con medio de acusados, a los cuales posiblemente se les impondrán penas de más de 20 años de prisión.

Con este insuceso se desvela una verdad perturbadora que ha dejado huella en el sistema judicial francés; pero las reacciones tanto de franceses como del mundo ante esta terrible historia, están marcando un antes y un después en la lucha contra las violencias basadas en género, sobre todo cuando estas se dan en el seno del hogar, que tradicionalmente significa protección, respeto y amor.

El tema de las violencias sexuales, cuyas víctimas, en su gran mayoría son NNA y mujeres, presentan un común denominador: la vulnerabilidad, basada muchas veces en construcciones culturales de difícil desarraigo, ya que aún en sociedades desarrolladas y civilizadas se sigue dando. Es importante que el Estado ejerza funciones de control y vigilancia sobre páginas digitales que sirvan de fachadas a este tipo de depredadores sexuales, que como en este lamentable hecho, dormía con su víctima.

Más reciente