Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Washington interviene con un arsenal de sanciones que tienen como blanco principal la industria de defensa rusa y a quienes facilitan su expansión, anunció el Departamento del Tesoro. Dicho ataque sancionatorio se dirige hacia compañías que posibilitan a Rusia la obtención de recursos clave desde el extranjero para su campaña en Ucrania.
"Las medidas tomadas hoy apuntan a la estructura de la maquinaria militar-industrial rusa, así como a los colaboradores externos que contribuyen a la adquisición de insumos esenciales para el armamento y la producción defensiva", subraya el comunicado oficial.
El cerco económico se estrecha sobre una variedad de firmas chinas implicadas en la producción y exportación de bienes cruciales para la defensa aérea de Rusia y más de 80 entidades acusadas de eludir sanciones previas o de apoyar los programas de armas químicas y biológicas rusos. Las restricciones abarcan, además, negocios en países como Azerbaiyán, Bélgica, Turquía, Eslovaquia y los Emiratos Árabes Unidos.
Además, el gobierno estadounidense recalca su acción punitiva contra tres individuos directamente asociados con la institución carcelaria donde se produjo el deceso no aclarado del opositor ruso Alexei Navalny. Este trío vinculado a la penitenciaría IK-3 y IK-2 en Jarp ha llamado la atención de Washington.
Este conjunto de sanciones recién impuesto sigue a una advertencia formulada por Antony Blinken, Secretario de Estado de EE. UU., en su reciente visita a China, donde instó a la potencia asiática a cesar su soporte a Rusia, particularmente en la provisión de componentes susceptibles de ser usados en la guerra ucraniana.
El manejo ambiguo de China en el conflicto ha generado inquietudes, manteniendo un discurso que apela tanto a la integridad territorial como a las "legítimas preocupaciones" de las naciones implicadas, frase que evoca una cierta empatía hacia Moscú.
Las relaciones económicas con Rusia ya sufrieron un golpe con la prohibición de importaciones estadounidenses de aluminio, cobre y níquel rusos en abril, una estrategia coordinada con el Reino Unido para afectar los ingresos de la nación euroasiática.
Al cumplirse dos años del estallido del conflicto, la administración de Joe Biden reveló una oleada sin precedentes de sanciones, esta vez alcanzando a más de 500 personas y organizaciones de distintos países, un gesto en memoria de Navalny y en refuerzo de la postura occidental ante la invasión a Ucrania.