El cardenal intocable: reaparece Cipriani y provoca nuevo escándalo
Resumen
El cardenal Cipriani, sancionado por el Vaticano, reaparece en público con vestimentas cardenalicias. A pesar de las restricciones, su presencia en ceremonias provoca indignación, destacando problemas en la Iglesia sobre el manejo de abusos.
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El cardenal peruano Juan Luis Cipriani, figura emblemática del ala conservadora de la Iglesia Católica y primer purpurado del Opus Dei, volvió a ser foco de controversia tras su aparición pública durante las ceremonias fúnebres del papa Francisco, pese a las restricciones disciplinarias impuestas por el Vaticano.
Cipriani, de 81 años y arzobispo emérito de Lima, fue sancionado en 2019 por el papa Francisco debido a una denuncia de abuso sexual presentada por un hombre que asegura haber sido víctima cuando era adolescente. Las medidas incluyeron su exilio de Perú, la prohibición de portar símbolos cardenalicios y la instrucción de abstenerse de realizar declaraciones públicas. Además, aunque la edad ya le impedía participar en un futuro cónclave, se le reiteró la exclusión formal de dicho proceso.
Sin embargo, el cardenal fue visto en la basílica de Santa María la Mayor con sus vestimentas cardenalicias durante la ceremonia previa a la elección papal, lo que desató la indignación de organizaciones de víctimas y sectores progresistas de la Iglesia. La Red de Sobrevivientes de Perú calificó la presencia de Cipriani como un acto de "revictimización" y un mensaje preocupante sobre los estándares éticos del alto clero. "Cipriani y los cardenales que le permiten estos actos revictimizan a las víctimas, lo cual es imperdonable", expresó la organización en un comunicado.
José Enrique Escardó, presidente de la Red, manifestó en declaraciones a Blu Radio que la lucha por la visibilización de los casos de abuso en el Sodalicio de Vida Cristiana sigue siendo un camino arduo. "Lavaron mi cerebro desde niño para convertirme en parte de su secta", dijo Escardó, uno de los principales denunciantes del sistema de adoctrinamiento y abusos que, según testimonios, se perpetuaron durante décadas en la organización religiosa.
Cipriani ha negado categóricamente las acusaciones. En una carta abierta, aseguró: "No he cometido ningún delito ni he abusado sexualmente de nadie ni en 1983, ni antes, ni después". También denunció haber sido sancionado "sin haber sido escuchado" y "sin que se abriera un proceso". Según el diario El País, la presunta víctima, actualmente de 58 años, relató al papa en 2018 que fue abusada cuando tenía entre 16 y 17 años.
Pese a la contundencia de las sanciones y la insistencia del Vaticano en apartarlo de la vida pública, Cipriani ha continuado participando en eventos oficiales, lo que para algunos analistas, como Gareth Gore, autor especializado en el Opus Dei, representa "una afrenta a la autoridad del papa fallecido y una demostración de fuerza del ala ultraconservadora antes del próximo cónclave".
El escándalo de Cipriani se suma a otros casos que han sacudido a la Iglesia en los últimos años, reflejando las dificultades persistentes para erradicar y sancionar los abusos sexuales en su interior. Anne Barrett Doyle, codirectora de la ONG estadounidense Bishop Accountability, afirmó: "La desconexión entre las palabras y las acciones de la Iglesia en materia de abusos sigue siendo alarmante".