Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Seis meses de incertidumbre
A pesar del ‘show mediático’ de las autoridades por la aprehensión del aparente responsable, la justicia no ha sido capaz de dictaminar la culpabilidad en este caso, un hecho alarmante que pone en evidencia las fallas del sistema judicial.
La desaparición y posterior feminicidio de Kerly Andreina Cuevas Materán, una niña venezolana de ocho años, conmocionó al municipio de Girón, Santander, y a todo el país. Hoy, seis meses después de los terribles hechos, su familia enfrenta no solo el dolor de la pérdida, sino también la angustia de que el presunto responsable, Alirio Gualdrón, quede en libertad por vencimiento de términos.
Desde mayo, cuando ocurrió el crimen, las audiencias judiciales se han retrasado en múltiples ocasiones, afectando el curso normal del proceso. Esto ha generado un llamado urgente de la familia y su defensor, Víctor Colmenares, para que se garantice la continuidad de las diligencias judiciales y se haga justicia para Kerly.
El feminicidio que conmocionó a Girón
La tragedia ocurrió el pasado 1 de mayo. Según los reportes, Kerly desapareció en horas de la mañana tras salir de su casa ubicada en el barrio Rincón de Girón. Su madre, Kelly Materán, quien trabajaba fuera de casa, había confiado el cuidado de la niña a una vecina. Sin embargo, fue el esposo de esta mujer, Alirio Gualdrón, de 60 años, quien presuntamente llevó a Kerly con engaños a un lugar despoblado donde terminó con su vida.
Imágenes de cámaras de seguridad captaron al acusado llevando a la niña, lo que resultó clave para su captura al día siguiente. Sin embargo, Gualdrón ha negado en todo momento su responsabilidad en el feminicidio, aunque el material probatorio presentado por la Fiscalía, incluidas pruebas técnicas y científicas, lo señala como el principal responsable.
Dilataciones en el proceso judicial
Desde la captura de Gualdrón, el caso ha enfrentado retrasos significativos. La audiencia preparatoria, que debía realizarse inicialmente en agosto, fue aplazada debido a que el defensor del acusado no contaba con los elementos necesarios para continuar. Posteriormente, una nueva cita se programó para noviembre, pero tampoco se llevó a cabo por problemas técnicos relacionados con la conexión virtual.
La próxima fecha está fijada para el 13 de diciembre a las 4:00 p.m. Sin embargo, si esta audiencia no se realiza, la medida de aseguramiento vencerá en abril de 2025, lo que podría resultar en la liberación del acusado mientras se desarrolla el juicio. Esto ha generado un profundo temor entre la familia de Kerly y su defensor, quienes piden que las autoridades judiciales actúen con celeridad para evitar más retrasos.
“La preocupación es que tenemos hasta el año entrante, a mediados de abril, para que el proceso tenga su curso final porque los términos podrían vencer a esas fechas. El llamado es que se brinden las garantías suficientes para que el proceso se desarrolle de la manera normal, sin más dilataciones”, expresó Colmenares en declaraciones a Caracol Radio.
El impacto en la familia de Kerly
El dolor de la familia Cuevas Materán va más allá de la tragedia inicial. La madre de Kerly, quien tuvo que mudarse del lugar donde vivía con su hija y el acusado, no ha recibido apoyo psicosocial, un aspecto que el defensor considera fundamental. Según Colmenares, Kelly ha enfrentado intentos de revictimización, lo que ha dificultado aún más su proceso de duelo.
“Para la familia ha sido bastante complejo y doloroso. Hay momentos en que la madre recuerda a su hija jugando en el parque, y es una imagen que la llena de tristeza. Esa es una de las razones por las que decidió mudarse”, explicó el abogado.
A pesar de todo, Kelly Materán ha mostrado fortaleza, expresando su deseo de regresar a Venezuela con el cuerpo de su hija para darle sepultura. Sin embargo, antes de partir, decidió quedarse un tiempo en Girón para que los amigos de la niña puedan despedirse de ella.
Exigencia de justicia y máxima condena
La comunidad de Girón se ha unido en torno al caso, exigiendo justicia para Kerly. Se han realizado vigilias y velatones en memoria de la niña, recordada como una menor alegre, carismática y llena de vida. Estas manifestaciones buscan mantener viva la memoria de Kerly y ejercer presión para que las autoridades no permitan que el caso quede impune.
El defensor de la familia ha pedido la máxima condena de 60 años para Gualdrón, bajo el argumento de que se trata de un feminicidio agravado por la edad de la víctima, los engaños utilizados para sustraerla de su hogar y las condiciones en las que se cometió el crimen. “Estamos pidiendo la pena máxima porque no solo hubo feminicidio, sino también desaparición forzada y un abuso de confianza que generó consecuencias devastadoras”, afirmó Colmenares.
Un caso emblemático de feminicidio infantil
El asesinato de Kerly Cuevas no solo ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los menores de edad en contextos de violencia, sino también los desafíos en la administración de justicia en Colombia. Este caso refleja los riesgos que enfrentan las comunidades migrantes, muchas de las cuales se ven obligadas a confiar en redes sociales poco estructuradas para su supervivencia.
Además, ha evidenciado las fallas estructurales en los sistemas judiciales, desde la falta de recursos técnicos hasta la escasez de apoyo psicológico para las familias de las víctimas. La historia de Kerly es un llamado de atención urgente para que se refuercen los mecanismos de prevención y respuesta ante casos de violencia infantil.
La próxima audiencia será decisiva para asegurar que el proceso avance y evitar que el presunto responsable quede en libertad. Por ahora, el país sigue atento, esperando que este caso no se convierta en otro episodio de impunidad.