Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Colombia recuerda con honores el valor y el legado de Rodrigo Lara Bonilla, quien se convirtió en símbolo de la lucha contra el narcotráfico y la corrupción, al conmemorarse cuatro décadas de su asesinato.
Natural de Neiva y nacido en 1946, Lara Bonilla forjó una destacada trayectoria política, escalando posiciones desde concejal de su ciudad natal hasta llegar al Congreso de la República en 1982 como representante del Partido Liberal.
Siendo Ministro de Justicia y del Derecho en 1983, nombrado por el presidente Belisario Betancur, Lara Bonilla asumió un desafío sin precedentes al atacar directamente la estructura del narcotráfico en Colombia, implementando una triple estrategia: extradición de narcotraficantes, extinción de dominio y desarticulación de organizaciones criminales.
Su osada campaña procuró la suspensión y derogación de licencias de vuelo para narcotraficantes, **provocando la ira de los carteles de droga.**
**Denunciante férreo de la infiltración del narcotráfico en la política**, Lara Bonilla hizo historia al acusar en el Congreso al entonces congresista Pablo Escobar, marcando su destino fatal.
El 30 de abril de 1984, Lara Bonilla fue víctima de un ataque perpetrado por sicarios del Cartel de Medellín, convirtiéndose en el primer ministro en activo asesinado en Colombia. Su muerte conmocionó al país entero.
"La muerte de Rodrigo Lara Bonilla no fue en vano porque en ese momento preciso se necesitaba de sus convicciones... Esa defensa de sus convicciones fue lo que inspiró a muchos colombianos que lo sucedieron para vencer y enfrentar la corrupción y el narcotráfico; por eso Colombia hoy no es una narco-democracia y el crimen no venció", reflexionó Rodrigo Lara Restrepo, hijo del exministro, durante un emotivo homenaje en la Universidad Externado de Bogotá.
El evento también contó con la presencia del actual ministro de Justicia, Néstor Osuna.