El políglota
Resumen
Lácides, un poeta y políglota, investiga el amor como un idioma universal, concluyendo que amar es una acción incondicional que ofrece felicidad y enfrenta adversidades. Su estudio destaca que el verdadero amor se expresa en acciones más que en palabras.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Después de explotar su brillante conocimiento de idiomas, lenguas y dialectos, este hombre, Lácides, poeta y políglota, quien compartió su experiencia en la cancillería, universidades y escuelas rurales en dos o tres continentes, despertó interés por la palabra universal del amor, su palabra predilecta. La llevó al “quirófano” de sus idiomas y meticulosamente se dedicó a palparla con el alma, insiste, que el amor es tan complejo y fácil al mismo tiempo que lo hace extremadamente tan maravilloso como extraño. Reconoce también que la vida ofrece una incontable variedad de amores, pero nada como este. ¡Ese amor es inconfundible!
En su estudio, un escritorio gigante repleto de papeles revueltos y un obsoleto computador en medio de paredes espesas de libros, un atlas del mundo picado por alfileres de colores, un expositor rebosado de palabras convertidas en poemas y la foto de su bonita, son los instrumentos para inspirarse en su compleja investigación de la verdadera acción de amar. “El amor es un idioma universal que se pronuncia con gestos”
Inspirado en el idioma del amor y el retrato de su bonita, Lácides concluyó que amar es una acción incondicional de entrega sin más propósito que ofrecer felicidad; cuidados de su integridad física, sanación de las heridas del alma; dignidad, comprensión, perdón, respeto, complicidad, además de cubrir todos los espacios que jamás estarán al alcance del salario de un servidor. Solo quien ama realmente dispone y expone su vida por su bonita, porque el verdadero amor va más allá de las mieles y las alegrías, de gozar y disfrutar de las benevolencias de cada instante. Duele expresarlo, pero el verdadero amor también atormenta cuando esa fortaleza es invadida por la maldad, la impotencia y la adversidad. Ningún amor está a salvo de la adversidad y lamentablemente esas pruebas solo se obtienen cuando se cae ahí.
Encontró Lácides que el amor es muy vulnerable a la maldad y a la tentación de la injusticia; sostiene también, qué del amor se derivan mil palabras convertidas en acciones y reacciones cuando prospera la injusticia, la decepción, la envidia y la traición de intrusos que desconocen la verdadera existencia de amor, y sin escrúpulos, convierten esa fortaleza de vida en escombros.
Cuenta Lácides entre sorbos de tinto que tiene contenedores rebosados de correspondencia de tristes historias de amor que fueron desintegrados por la injusticia. Tomó unas fotos del álbum y mostró los arrumes de tantos amores victoriosos, rescatados de aquel contenedor y que fue sumando y restando en la búsqueda de cifras. ¡confirmó su teoría! El amor no es una cifra que se mide en estadísticas, sólo es una acción que por falta de discernimiento queda expuesta al bien y al mal. Contradictoriamente, ¡todo suma, todo resta!
La acción de amar exige discernimiento, se construye con más actos que versiones y el mutuo propósito de entregarse más allá de las mieles. El amor es una acción más que una palabra, concluyó Lácides, con su mano apoyada sobre el diccionario etimológico mientras tomaba sorbos de café sin distraer la mirada de la foto de su bonita.