Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Cuando termine el largo calvario de la dictadura que arruinó a la vecina república de Venezuela, quedará despejado el camino para el regreso de siete y medio millones de venezolanos para reunirse con sus respectivas familias y encontrarán ruina y miseria por los abusos de poder de la dictadura criminal de Nicolás Maduro, a quien le esperan momentos aciagos para vestir el uniforme rayado de diferentes cárceles del mundo.
En la historia de la humanidad, los criminales de guerra como Nicolás Maduro Moros y Diosdado Cabello Rondón deberían ser colgados a la horca, encerrados en las mazmorras más asquerosas y despreciables del mundo, por aquellos crímenes de estado ejecutados por sus esbirros de las milicias venezolanas, que han llenado de cadáveres los cementerios del vecino país.
El fracaso de la dictadura venezolana abre las compuertas al proceso de reconstrucción de las instituciones, salvajemente destruidas por el sátrapa que se ha perpetuado en el poder. La llamada ‘Revolución del Siglo Veintiuno’ destruyó la industria petrolera. Desde el Senado de la República de Colombia, la valiente heroína venezolana, María Corina Machado, artífice de la derrota de Nicolás Maduro, presentó las cifras reales de la elección presidencial, donde el candidato Edmundo González Urrutia, tiene las pruebas irrefutables del triunfo logrado en el vecino país.
Puede ocurrir que Nicolás Maduro Moros se resista a reconocer la derrota y arranque una guerra civil, de consecuencias imprevisibles, que le puede costar la vida, como ha ocurrido con la mayor parte de los dictadores en el mundo. Por ahora, ninguno de los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), ha querido recibirlo. En los paraísos fiscales del mundo, estos bandidos podrán disfrutar de las inmensas fortunas que han acumulado con la explotación de las minas de oro y de coltán, que están bajo control de las milicias ‘maduristas’.
La luna de miel de Nicolás Maduro y de su consueta Diosdado Cabello Rondón está llegando al final. Vamos a presenciar en el mes de enero próximo un proceso de transición con un baño de sangre de consecuencias imprevisibles, que puede ser un nuevo punto de partida hacia la tercera guerra mundial, teniendo en cuenta la codicia de Rusia, Irán y otros países comunistas que han comprado parte de las reservas de petróleo que tiene Venezuela. Pero también es cierto que entre los migrantes venezolanos, hay mucha gente joven que quiere enrolarse en los ejércitos privados, conformados por miembros de la reserva activa de la vecina república de Venezuela.
