Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Compañero Gustavo Bolívar: de manera fraternal y como sencillo barboseño, le presento excusas por los vergonzosos hechos ocurridos durante su visita. “Yo no vengo a traer regalos ni a conseguir votos. Sólo vengo a devolverle al pueblo lo que le pertenece, que es lo que nuestras aduanas les han incautado a los grandes contrabandistas que están acabando con la economía colombiana generando desempleo, pobreza y más impuestos”.
Con esta cadena de frases expresivas el compañero Gustavo Bolívar, jefe del Departamento de Prosperidad Social, comenzó su discurso de entrega de los kits, o paquetes navideños para los sectores sociales menos favorecidos residentes en el municipio de Barbosa.
En alguna ocasión, durante una entrevista concedida por nuestro amigo Gustavo, yo le escuché decir que él sentía una enorme satisfacción, y a la vez una inocultable emoción cuando podía ayudar a la gente en la que veía la necesidad inaplazable del auxilio del Estado. Pero que, cuando debía y podía ayudarle con lo suyo, a una persona necesitada, sobre todo de origen humilde, esa emoción se le manifestaba por partida doble. Soy testigo de que uno podía percibir esa energía emocional del enorme ser humano que es Gustavo Bolívar, cuando entregaba un paquete y abrazaba con afecto y bondad a la persona, tal vez calculando que esa sería la única vez de hacer feliz a esa persona. Por eso lo hacía con emoción.
Otra expresión en la que pude detectar su nobleza, su seriedad, su franqueza, y sobre todo su claridad ideológica y política, fue cuando le aclaró al público que eso era un programa oficial del presidente Gustavo Petro. Por lo tanto, no tenían que votar por la Colombia Humana, y que, por el contrario, votaran por su candidato y el partido político de su gusto personal, Centro Democrático, Conservador, o el de su concepción ideológica. Y que incluso la gente que no quisiera votar por ningún partido ni por ningún político, pues que no lo hiciera.
Aquí yo no tuve ninguna duda en creerle, puesto que, la verdad es que Gustavo es más intelectual y mucho más escritor que político. Y él ha contado en entrevistas y en muchas ocasiones, que, siendo hijo de una modesta y empírica enfermera de barrio, resultó con una inclinación inexplicable a escribir literatura.
También ese capítulo de su vida y ese argumento existencial, se lo entendí todavía con más exactitud y claridad, puesto que sé y comprendo, por experiencia personal, que el escritor nace con una pasión por escribir que uno mismo no puede explicar.
Uno no busca el arte literario, sino que el arte literario lo busca a uno, y si usted tiene eso en su ADN, en sus genes, en sus cromosomas, en su sangre, en su cerebro-mente, entonces el arte lo encuentra. Ahí en ese instante de su vida el escritor ya está absorbido, para siempre, por ese Agujero negro que se llama “escritoría”. Y entendí y sentí lo que estaba expresando nuestro amigo cuando se estaba dirigiendo a su gente tanto en Puente Nacional, como en Barbosa. En Vélez como en Chipatá. Entonces se me dio por pensar, apelando a la lógica dialéctica que es la que encuentro imprescindible en la racionalidad del ser humano, que en serio Gustavo Bolívar, no sólo sería un gran candidato a la presidencia de Colombia, sino un enorme presidente porque entiende con mucha claridad y sabe leer “La gran tragedia humana” que sufre el pueblo colombiano.
Ese sexto, y hasta séptimo y octavo sentido humano, lo tiene bien desarrollado nuestro amigo Bolívar. Claro que no he calculado la cantidad de “verriondera” de ese señor por estar yo echándolo a la guerra sin contar con su opinión, su voluntad y sus razones personales. Pero yo lo veo así.