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¿Hacia dónde conduce la política de la PAZ TOTAL?

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Resumen

El gobierno de Gustavo Petro busca descongestionar cárceles y reformar el sistema judicial en Colombia, enfocándose en reducir penas de prisión y modificar la dosimetría penal, en medio de críticas por la liberación de jefes criminales y altos costos asociados al mantenimiento de presos.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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Se dirá que el gobierno de Gustavo Petro le está apuntando a la descongestión de las cárceles del país, con una reforma penitenciaria real, para reducir el número de personas privadas de la libertad, que son ciento veinte mil compatriotas y para realizar una reforma judicial, la primera de las cuales deberá precisar el monto total de las penas para la privación de la libertad, y la segunda, modificaría la dosimetría penal, que actualmente es falsa, movediza, mentirosa y agobiante, especialmente para las víctimas de crímenes atroces.

Cuando el presidente de la república ordenó liberar de las cadenas a algunos de los grandes criminales de este país, entre ellos a varios jefes de organizaciones terroristas, sentimos que se derrumbaba el sistema penal y que los primeros beneficiarios de la ‘Paz Total’ serían sus antiguos amigos de las FARC y del ELN. Luego apareció la banda criminal del narcotráfico, bajo la denominación de la ‘Nueva Marquetalia’, cuyos amigos habían vuelto a sus antiguas andanzas, promotores del atractivo negocio del tráfico de estupefacientes.

El sostenimiento de un sujeto privado de la libertad le cuesta al estado colombiano alrededor de dos millones de pesos mensuales, algo mas que un salario mínimo legal, porque los presos suelen tener amante, compañera o esposa e hijos. El hogar queda destrozado por el comportamiento irresponsable de padres de familia que, al calor del consumo de bebidas alcohólicas, destruye su hogar y su destino. Los delitos contra la integridad personal suelen ser comunes durante los días festivos, cuando el campesino llega a los centros poblados del país, se enreda con sus amigos de ocasión y se embriaga con bebidas alcohólicas, antes de comprar la lista del mercado que debe llevar a su casa.

La mayor parte de los huéspedes de las cárceles de Colombia son personas jóvenes que se dejaron llevar del vicio del alcohol y que al calor de bebidas fermentadas cazaron riñas callejeras, que en muchos casos condujeron a la muerte. En los pequeños centros poblados de Santander y de Colombia, el consumo de bebidas alcohólicas es exagerado. Un preso que haya incurrido en lesiones personales y en otros delitos contra la integridad de sus eventuales rivales, termina pagando diez años de cárcel y en arruinando a su familia.

Los cementerios están llenos de cruces por el vicio del alcohol. Especialmente en el departamento de Santander resulta brutal el consumo de cerveza y aguardiente. El consumo de estos productos ha dejado numerosos muertos y heridos por cuenta de las riñas callejeras. Hacia la ‘Paz Total’ requiere que haya redención de penas mediante el trabajo real en las granjas agrícolas, aunque haya que revivirlas, porque la mayoría de las extensiones de los centros carcelarios de Colombia están ocupados por el exceso de personas privadas de la libertad.

La libertad de varios jefes guerrilleros y de los comandantes paramilitares de diferentes grupos y denominaciones le apunta a la reducción de las penas. En la Constitución Política del Estado Soberano de Santander las penas reales aplicadas a delitos atroces eran de diez años en centros penitenciarios. ¿Qué hacen en las cárceles los padres de familia condenados a penas de prisión porque no tuvieron dinero para soportar los costos del mercado? ¿Qué pasa con los funcionarios públicos condenados a cinco y diez años de prisión por haber firmado un contrato de menor cuantía con destinación diferente? Temas que deben tramitarse en la reforma judicial que está a estudio del Congreso de la República.

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