Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)El reciente accidente del vuelo de Azerbaijan Airlines, que dejó 38 muertos y 29 heridos, sigue generando interrogantes y conmoción. La tragedia ocurrió cerca de Aktau, Kazajistán, y estuvo marcada por un angustiante intercambio entre los pilotos y el control aéreo, que expuso los últimos esfuerzos por salvar la aeronave.
El avión, un Embraer E190AR con 67 personas a bordo, enfrentó problemas técnicos antes de estrellarse. A las 8:12, los pilotos reportaron la pérdida de GPS, un problema que agravó la confusión. Cuatro minutos después, notificaron un presunto “impacto de pájaro en la cabina”, mientras intentaban mantener el control.
Lea también: De escándalos familiares a problemas médicos: el tormentoso 2024 de la familia real noruega
El control aéreo respondió de inmediato, ofreciendo asistencia. Inicialmente, el capitán optó por regresar al aeropuerto de origen en Bakú, pero la situación empeoró rápidamente. A las 8:16, intentaron cambiar el destino a Mineralnye Vody, en el sur de Rusia, pero los pilotos admitieron que el control de la aeronave era limitado.
A las 8:19, reportaron alta presión en la cabina y, un minuto después, comunicaron que la aeronave estaba perdiendo estabilidad. Finalmente, intentaron dirigirse al aeropuerto de Makhachkala, en la costa del mar Caspio, pero el sistema hidráulico falló por completo a las 8:22, marcando el punto de no retorno.
Le puede interesar: Bill Clinton hospitalizado en Washington por fiebre
El avión desapareció del radar durante 37 minutos antes de reaparecer cerca del aeropuerto de Aktau, donde intentaron un aterrizaje de emergencia que resultó fallido. Los restos del avión y las primeras investigaciones apuntan a que pudo haber sido alcanzado por un misil Pantsir-S1 disparado desde Chechenia. Sin embargo, las autoridades rusas sugieren que el daño pudo haber sido causado por un dron ucraniano, aunque las evidencias señalan una explosión cercana por metralla. Kazajistán ha negado la participación de Rusia y Azerbaiyán en la investigación para garantizar imparcialidad. “Tendremos todos los hechos, la caja negra y las pruebas necesarias”, afirmó un representante kazajo.
El accidente también dejó relatos desgarradores. Elmira, una residente de Aktau, narró cómo intentó ayudar a los heridos: “Estaban cubiertos de sangre, lloraban y pedían ayuda”. Por otro lado, Jalil Aliyev, padre de una azafata fallecida, expresó su dolor al recordar que su hija había planeado dejar la aviación para ejercer como abogada: “¿Por qué su joven vida tuvo que terminar de forma tan trágica?”.