Resumen
La Infancia Misionera en la Parroquia San Juan Diego de Bellavista busca formar a niños en el compromiso misionero y la solidaridad. Destacan iniciativas como "Sumando Sonrisas", que lleva alegría a niños vulnerables, enseñándoles el valor de compartir y el servicio comunitario.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)En la Parroquia San Juan Diego de Bellavista, Girón, un movimiento mundial ha encontrado un hogar: la Infancia Misionera. Con la misión de formar a los niños en el servicio y el compromiso misionero, este grupo busca sembrar en ellos la semilla de la solidaridad y el amor hacia los demás. Su creación y el progreso de este proyecto han sido posibles gracias a la iniciativa y dedicación de líderes como el presbítero Samuel Vesga Rodríguez y la comunicadora social Yury Katerine Esteban Bonza, quienes han puesto todo su empeño en ofrecer una formación integral a los más pequeños.
La Infancia Misionera, como movimiento global, busca enseñar a los niños el significado de la misión desde sus hogares y comunidades, creando conciencia sobre la importancia de compartir, dar sin esperar y vivir el amor de Jesús. Según el padre Samuel, aunque en un principio había sido difícil poner en marcha este proyecto, con el tiempo se logró formar un grupo activo que hoy está comprometido con la evangelización. En 2024, la comunidad de San Juan Diego-Bellavista acogió nuevamente la idea, y fue allí donde Yury Katerine Esteban asumió la responsabilidad de coordinar este proyecto con su pasión y vocación por la misión.
El padre Samuel recuerda cómo, hace tres años, intentó iniciar este grupo, pero se encontró con la falta de participación y compromiso. Sin embargo, este año, la respuesta fue completamente diferente. “Fue un despertar progresivo, no solo de los niños, sino también de la comunidad”, comentó el sacerdote. Hoy, el grupo está compuesto por 28 niños, quienes a través de actividades y formación espiritual comprenden mejor su relación con Dios, la comunidad y el mundo que los rodea.
El compromiso misionero de los niños
Para Yury, la tarea no ha sido fácil. “Desde el principio, fue un desafío, pero el amor por ayudar a los más vulnerables en el área metropolitana de Bucaramanga y en las zonas rurales ha sido mi mayor motivación”, expresó la coordinadora. Esta pasión por enseñarles a los niños la importancia de ayudar, compartir y ser generosos con los demás ha sido clave para que la Infancia Misionera se consolide como un grupo activo en la parroquia.
El plan de formación del grupo se basa en cuatro pilares fundamentales: catequesis, espiritualidad, compartir misionero y servicio misionero. Cada mes, los niños participan en encuentros que les enseñan no solo sobre la fe, sino también sobre cómo ser agentes de cambio en su comunidad y en el mundo. Estos encuentros se enfocan en desarrollar su creatividad, afectividad y, sobre todo, en fomentar una relación profunda con Dios.
La formación incluye también un pequeño sacrificio mensual, como una oración diaria o un acto de generosidad, para que los niños puedan vivir la misión de manera concreta. “Queremos que los niños comprendan que la misión no es solo dar, sino también transformar su entorno con amor, paz y respeto”, agregó Yury.
La campaña “Sumando Sonrisas”
Una de las iniciativas más destacadas del grupo es la campaña “Sumando Sonrisas”, liderada por Yury Katerine Esteban. Esta campaña se realiza cada Navidad y tiene como objetivo llevar alegría a los niños más vulnerables de la región, especialmente aquellos que viven en situación de calle o en asentamientos marginales. “La campaña busca iluminar los rostros de los más pequeños y fortalecer los lazos de empatía, carisma y el espíritu de compartir”, dijo Yury.
La campaña no solo busca dar juguetes, sino también enseñar a los niños de Infancia Misionera sobre la importancia de compartir y cuidar de los demás. En las festividades de diciembre de este año, el grupo organizó una serie de actividades recreativas y espirituales en las que participaron más de 100 niños del sector III del asentamiento humano Bendición de Dios, en Girón. A través de juegos, oraciones y un pequeño compartir, los pequeños recibieron juguetes y, lo más importante, una lección de amor y servicio.
A lo largo de 2024, los niños de Infancia Misionera han participado en diversas actividades de servicio, realizando visitas a enfermos, personas en condición de calle y fundaciones como la Fundación Mamá Dioselina, en el norte de Bucaramanga. Estas actividades no solo han sido momentos de aprendizaje para los niños, sino también una oportunidad para ellos de vivir su misión en el mundo real, ayudando a quienes más lo necesitan.
Uno de los eventos más destacados fue la visita al asilo de ancianos “Señor de los Milagros” en Girón, donde los niños conocieron a los adultos mayores y comprendieron la importancia de respetar y valorar a la familia. Durante la visita, también se entregaron mercados y regalos como parte del trabajo misionero realizado por los pequeños.
Proyectos futuros
Mirando hacia el futuro, la Infancia Misionera de San Juan Diego-Bellavista tiene planes de unirse a la misión mundial de las obras del Papa, con el fin de enseñar a los niños a vivir su vocación misionera de manera más profunda y comprometida. Yury mencionó que, en el mediano y largo plazo, el objetivo es continuar con la formación espiritual y el trabajo comunitario, llevando a los niños a participar activamente en las diversas actividades sociales y misioneras que se planean.
Con el apoyo de la comunidad y la dedicación de líderes como el padre Samuel y Yury, la Infancia Misionera continúa creciendo, enseñando a los niños que, aunque pequeños, pueden ser grandes colaboradores en la evangelización y en la transformación del mundo.