Resumen
Islandia ha liderado el ranking de igualdad de género durante 14 años, atribuido a su movimiento feminista y leyes de paridad, incluyendo una cuota femenina del 40% en Consejos de Administración. Aún así, la lucha continúa por la paridad total.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Hace 14 años la nación nórdica ocupa el primer puesto en el ránking que mide el nivel de igualdad que disfrutan hombres y mujeres calculado por el Foro Económico Mundial.
¿Cómo ha logrado este país de apenas 370.000 habitantes alcanzar esas cotas de equidad?
En un 91,2%, Islandia ha logrado cerrar su brecha de género el éxito se debe a una mezcla de circunstancias especificas del país, entre ellas la existencia de un movimiento feminista de largo arraigo y a una presencia tradicional de la mujer en el mercado laboral.
Pero adicional a una voluntad política para sacar adelante leyes que impulsen la igualdad, dice Thorgerdur Jennýjardóttir Einarsdóttir, profesora de Estudios de Género en la Universidad de Islandia.
Una serie de nuevas medidas para promover el papel de las mujeres en puestos de responsabilidad surgieron de aquella crisis, y una mayor presencia femenina en las instituciones ha repercutido en mejoras en la igualdad.
Durante más de la mitad de los últimos 50 años, los islandeses tuvieron a una mujer al frente de la jefatura del Estado. La primera de ellas fue Vigdis Finnbogadottir, que ganó las elecciones en 1980, tan solo cinco años después de la legendaria huelga de mujeres del 24 de octubre de 1975. Aquel día, el 90% de las islandesas paralizaron bancos, fábricas, escuelas y tiendas para manifestarse por la igualdad de género.
La ley islandesa establece además una cuota femenina del 40% para los consejos de administración de las empresas e instituciones, lo que ha impulsado la voz de las mujeres en los puestos de responsabilidad. Pese a los avances, las islandesas no se conforman y siguen luchando por una igualdad total. Las cuotas, por ejemplo, no han logrado aún una mayor paridad entre los directores ejecutivos de las empresas, que siguen siendo mayoritariamente hombres, lamenta Jennýjardóttir Einarsdóttir.