La nueva generación de guerreros maasai
Resumen
En Kenia, 900 jóvenes maasai participan en un renovado campamento de guerreros, una tradición que ahora dura un mes y coincide con las vacaciones escolares. Se enfocan en el liderazgo y los valores culturales sin el peligroso reto de cazar leones.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
900 jóvenes inician su entrenamiento. En el frío matutino de las tierras boscosas sobre la región Maasailand de Kenia, 900 adolescentes vestidos con shukhas o mantas tradicionales maasai hacen fila para recibir una taza de leche caliente que los sostendrá durante el día.
A pesar del frío, han estado durmiendo en el suelo del bosque. Han pasado hambre. Y no se han bañado en un mes.
Han viajado a Olaimutiai en el condado Narok, Kenia, desde todas las tierras ancestrales maasai en el sur de Kenia y el norte de Tanzania. Los 900 fueron seleccionados para participar en un campamento de entrenamiento de guerreros maasai, que solo ocurre cada 10 a 15 años. Enseña los valores culturales maasai, habilidades de liderazgo y cómo ser fuerte.
Isaac Mpusia, un estudiante de secundaria de 16 años fue visitado en su casa el pasado marzo por un grupo de chicos que pidieron y se les ofreció hospitalidad, y se quedaron a pasar la noche. Al día siguiente, le dijeron que se fuera con ellos. “No me dijeron a dónde íbamos y al principio estaba preocupado”, relató. Pero entendió el honor de haber sido elegido y se fue.
Tiempos de cambio
“Cuando vienes aquí, aprendes muchas cosas que hicieron nuestros antepasados… Debes tener disciplina”, dice Mpusia.
Tradicionalmente, la transición de niño a guerrero implicaba participar en un campamento de un año. Los jóvenes maasai se aislaban y aprendían habilidades de supervivencia, técnicas de vida en el bosque y, si surgía la oportunidad, cómo matar un león.
Todo eso ha cambiado. Aunque “Enkipaata”, el rito oficial que incluye el entrenamiento de guerreros ha sido declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en Necesidad de Salvaguardia Urgente, se ha modernizado.
Ahora los chicos empuñan largos palos, no cuchillas. No se matan leones. Y el campamento de guerreros se ha reducido a un mes, programado para coincidir con las vacaciones escolares.