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Resumen

Fernando Vargas Mendoza nos relata el paso a paso de si vida y sus proyectos futuros, porque como buen representante del signo acuario -nació un 7 de febrero-

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Gran reportaje con el doctor Fernando Vargas Mendoza.

Un académico visionario que ha impulsado la educación universitaria en Santander y Colombia, que ha sido ejemplo de superación, humildad y trabajo, ese es Fernando Vargas Mendoza, el exalcalde de Bucaramanga quien resume su vida y obra en este reportaje.

Por: Rafael Serrano Prada. Director/EL FRENTE.

El departamento de Santander ha sido cuna de ilustres personas que se han destacado en diferentes campos de la sociedad, a nivel local, nacional y mundial, y entre ellos está el doctor Fernando Vargas Mendoza, un Ingeniero de Sistemas y gran académico que fue alcalde de Bucaramanga y es el creador de la Universidad de Santander, UDES.

Vargas Mendoza es una persona de alto vuelo en la intelectualidad santandereana, destaca porque le ha dado vida a la formidable organización académica de la UDES, además, allí se desarrollan los programas de la Universidad de la Paz, los cuales le fueron conferidos por las Naciones Unidas.

En la celebración de los 81 años de Diario EL FRENTE, es un honor y un gran privilegio, el poderle contar a nuestra prestigiosa audiencia sobre la vida y obra de Fernando Vargas Mendoza, quien es oriundo del municipio de Bolívar Santander, con estudios en la Escuela Apostólica de Zapatoca -porque lo predestinaron para que se convierta en sacerdote- bachiller del Colegio Santander e Ingeniero de Sistemas de la Universidad Industrial de Santander, UIS.

A él la vida le cambió en Bucaramanga, influenciado por las confrontaciones internas y el carácter ideológico que había entre los estudiantes santandereanos, situación que lo consagra como una de las figuras públicas, de las más grandes, en Santander y en el país.

Origen y primeros pasos

Fernando Vargas Mendoza nos relata el paso a paso de si vida y sus proyectos futuros, porque como buen representante del signo acuario -nació un 7 de febrero- su mente siempre está en función de crear, de producir y de ejecutar proyectos en beneficio de sus semejantes.

“Soy un santandereano de pueblo. Mi madre nació en Bucaramanga y estudió en la Escuela Normal de Señoritas y cuando terminó el bachillerato la nombraron maestra en el municipio de Bolívar, en la vereda Bajo Nogales. Allí mi madre conoció a mi padre, Don Ciro Vargas personaje de la vereda y se casaron. Estudié con mi mamita hasta tercero de primaria y luego en el pueblo hice cuarto y quinto de primaria. Tenía que caminar cuatro horas diarias, dos de ida y dos de regreso, para poder estudiar y mi madre me hacía el almuerzo que llevaba a la escuela en hojas de bijao. Cuando terminé la primaria, mi padre, de raigambre conservadora, porque en Bolívar eran 100% conservadores, excepto mi madre que era liberal, fue donde Jorge Sedano González a decirle ‘bueno Jorge, Fernando terminó la primaria, ¿qué hacemos con él?’ Jorge Sedano era quien decidía qué deberían hacer o a qué se dedicarían los jóvenes del pueblo y sin más palabras espetó ‘Fernando usted tiene que ser sacerdote. Tome esta notica y vaya a la Escuela Apostólica de Zapatoca, porque el hijo de una maestra tiene que ser sacerdote’. Y así, sin más y con un ‘como ordene doctor Sedano’, acepté mi destino e ingresé a la Apostólica de Zapatoca. Empecé a leer la Biblia, fui acólito y un hombre decidido a ser un excelente sacerdote”.

Intempestivo cambio

Ya entrado en las lides sacerdotales y con una vocación incipiente, Vargas Mendoza experimentó un cambio brusco de planes, debido al fallecimiento a temprana edad de su señor padre.

“A los pocos meses de estar en la Apostólica, mi padre murió de un aneurisma cerebral. Él tenía apenas 37 años. Yo, hijo mayor con seis hermanos más, tenía que ayudar en la casa y fue cuando mi madre decidió retirarme de la Apostólica y regresarnos a Bucaramanga donde ella tenía a toda su familia. Me matriculó en el Colegio de Santander para hacer el bachillerato y con voz tierna, pero sin chance para revirarle me dijo ‘Usted a partir de ahora es liberal’, ‘como ordene mamita’, (risas)”.

Pero no sólo era el estudio lo que ocupaba a Vargas Mendoza en su diario transcurrir, también había que buscar el dinero para el sustento de la familia y la salida fue instalar una fábrica de colchones.

“Pusimos una fábrica de colchones donde éramos tres empleados, uno que hacía el colchón, otro hacía la malla y yo hacía los resortes en una maquina manual”.

Aquí Fernando Vargas se detiene. Hace el gesto de manipular la máquina de hacer resortes y, como si esos recuerdos lo devolvieran a sus inicios como trabajador y estudiante, sonríe y acota que “era juicioso en el estudio y el trabajo, por eso cuando terminé el bachillerato, un profesor me dijo que, como yo era bueno en matemáticas, debería estudiar Ingeniería de Sistemas porque esa carrera apenas iniciaba en Colombia y sería una de las mejores a futuro".

Época de revoltoso feliz

Con la mente puesta en ser un gran profesional, se matriculó en la Universidad Industrial de Santander, UIS para estudiar Ingeniería de Sistemas y allí empezó su trasegar por la vida pública, porque empezó a hacerse notar entre alumnos y profesores.

“En la UIS formé parte del Comité Estudiantil Santanderino, ingresé porque éramos los revolucionarios de la época. Tirábamos piedra. Hacíamos marchas, plantones, estábamos al tanto de todos los temas políticos sociales. En esa época era muy beligerante, revoltoso le llaman ahora. En la UIS estudiaban los grandes líderes de la revolución colombiana, en especial, los del Ejército de Liberación Nacional, ELN, entre ellos Antonio García compañero mío de curso y hoy jefe del ELN, estuve con Carlos Alberto Velandia quien estudiaba medicina y muchos más del ELN. Por ser beligerantes e inconformes, éramos estudiantes sin ninguna posibilidad de conseguir empleo. Cuando estaba en octavo semestre fui a pedir trabajo a la alcaldía de Bucaramanga, llegué con una hoja de vida Minerva 1003. Allí había un computador, pero el empleíto no se dio y salí aburrido. Cuando bajaba por las escaleras me encontré a un amigo que estudiaba Ingeniería Industrial, había estado en Estados Unidos donde hizo una maestría de allá trajo un computador. Ese encuentro puso fin a mi época de feliz revoltoso, porque él me propuso que me lleve ese computador mi casa y lo estudie y allí encontré la gran oportunidad que me cambió la vida para siempre”.

Vargas Mendoza fue el primer

ingeniero de sistemas del país

Fernando Vargas Mendoza no desaprovechó la oportunidad que le puso en bandeja la vida. Llevó el computador a su casa y se dedicó a estudiarlo milímetro a milímetro. Primero se enfrascó en el manual que tenía 20 hojas y estaba en inglés, luego entró al cerebro y al corazón del equipo. Fue un año exacto el que duró su ‘autopsia’ al ordenador electrónico, trabajo que le sirvió para impulsar y ejecutar la creación de un software único en Colombia y con el cual recorrió el país sistematizando las más grandes empresas y esa creación fue el embrión de lo que hoy es una de las más destacadas instituciones de educación superior en el país, la Universidad de Santander, UDES.

“Al año de ‘cacharrear’ ese computador, hice un programa de inventarios, cartera, exploración, nómina y costos de construcción. Tenía un diamante en bruto en mis manos. Hace 46 años no había computadores en Colombia y entonces empecé a vender el software y a enseñar cómo funcionaba porque, al no haber computadores, yo llegaba a las empresas y les mostraba el programa, ellos traían computadores de Miami y sistematizábamos las empresas. Yo vendía el sistema de computadores con el software, le cuento que cada software valía $60,000 y con el primer software que vendí, me compré un carro Simca 1204, el cual me costó $80,000. Vendía cinco, seis, siete programas semanales, entonces tuve un éxito muy grande por ser el único en Colombia que había desarrollado ese programa y el primero en dedicarme a fabricar software para microcomputadores, porque eso no existía. Todos nos formábamos en un lenguaje para computadores grandes, que era el lenguaje Cobol, pero para microordenadores era lenguaje Erlang y Basic”.

De allí en adelante las cosas cambiaron de forma vertiginosa para Fernando Vargas. Creó su propio empleo. Viajaba de forma constante a diferentes partes del país para atender problemas en las empresas que sistematizó Esas correrías las hacía en su Simca 1204, la carretera se volvió su amiga y las empresas sus clientes fieles.

Caminos hacia la UDES

Con su programa de microcomputadores sistematizó empresas en Santander, Bogotá, Antioquia, Eje Cafetero, Costa Caribe, incluso fue el pionero en la gran red que hoy posee Ecopetrol y otras industrias de renombre nacional, en toda la geografía colombiana.

“Creo que soy un predestinado. Llevaba unos tres años en eso de los computadores cuando me llamaron los hermanos Martínez Villalba, constructores, hoy empresa Marval, y me dijeron ‘viene un señor Arthur Anderson a ofrecernos un sistema de computadores y software, queremos que usted entre a la reunión, pero no diga nada, quédese calladito’, hice caso y cuando terminó la exposición los hermanos Martínez me preguntaron si era capaz de hacer ese proyecto. Les dije que sí y como quienes expusieron el proyecto pidieron en dólares -muy caro- entonces me dieron a mí el trabajo, el cual me comprometí a entregar en dos meses y al finalizarlo, me dijeron ‘no le vamos a pagar, vamos a darle un apartamento en Santa Catalina (barrio de Bucaramanga), es muy bonito y allí llevé a vivir a mi mamá y hoy ahí vive uno de mis hermanos”.

Llegó el momento de otra ‘propuesta indecente’ para Fernando y fue cuando alguien le sugirió que, en lugar de viajar cada rato para solucionar problemas con el programa y los computadores, (en esa época no se podía trabajar de forma remota porque aún no existía la Internet) entonces enseñara a operar y manejar el sistema.

“Esa propuesta me trajo otra idea, era el año 1982. Un 7 de febrero compré 20 sillas, un tablero, arrendé un local en Unicentro, local 319, calle 36 de Bucaramanga y empecé a enseñar a operar computadores, no a programar porque era muy difícil. Cómo se operaba, cómo se copiaba un disco, cómo se solucionaba un error de sintaxis y otras cositas. Allí nació la Universidad de Santander, UDES.  En Unicentro local 319 el 7 de febrero 1982, esas 20 sillas, hoy en día, se multiplicaron y tenemos más de 20,000 estudiantes en el país, somos una de las universidades más prestigiosas de Colombia, con acreditación en alta calidad y facultades de medicina acreditadas internacionalmente”.

El ‘bicho’ de la política

Luego de crear ese gran imperio académico de la UDES, Fernando Vargas Mendoza, aupado por el hoy expresidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, se dejó tentar por el ‘bicho’ de la política y tras cuatro meses de campaña se convirtió en el Alcalde de Bucaramanga.

“Hay una norma de vida que aprendí de mi madre como maestra. Ella siempre me dijo que sea una persona correcta, honesta, honorable, que no sea tramposo, que no tenga odios, rencores o envidias y que no le haga mal a nadie. Si usted, si su cerebro funciona con esas normas de vida, usted puede lograr lo que quiera, porque usted va a mantener permanentemente una energía positiva y va a estar conectado con la energía del universo, con lo que usted puede llamar Dios o lo que puede llamar Creador, entonces, si actúa así, puede triunfar donde quiera”.

Vargas Mendoza sonríe y se adentra en los recuerdos de cómo llegó a ser candidato y ganar la Alcaldía de Bucaramanga, en algo así como un movimiento inesperado de los hilos del destino.

“A la sede de la UDES llegó Álvaro Uribe a dictar una conferencia, el recinto se llenó de periodistas y cuando todos se pararon frente a Uribe este les dijo ‘a mí no me entrevisten, entrevisten al futuro Alcalde de Bucaramanga’, me señaló y de inmediato los medios se enfocaron en mí y desde allí empecé con la campaña, faltaban cuatro meses para las elecciones. Eso lo hice convencido de que puedo triunfar donde quiera, porque, siempre incorporo lo mejor de lo mejor en mis equipos de trabajo. Por eso el éxito de la UDES. Desde un principio vinculé al mejor de lo mejor en todo. He tenido rectores muy importantes como Rafael Serrano Sarmiento, que fue rector UIS, a Jaime Restrepo Cuartas, ahora a Patricio López, todos unas eminencias. Entonces en la política, donde no estaba agendado, también escogí un gran equipo para trabajar por Bucaramanga. Cuando el expresidente Uribe propuso mi nombre, sólo dije ‘acepto’ y ‘de cabeza al charco’. Saqué 120,000 votos, le gané a Freddy Anaya que sacó 70,000, lo aventajé por 50,000 votos en cuatro meses, bueno el expresidente Álvaro Uribe Vélez, me hizo, prácticamente, la mitad de la tarea”.

El monaguillo de Bolívar quiere

ser el Presidente de Colombia

Ya como mandatario municipal, la tarea no fue fácil para Vargas Mendoza, como en todo, llegó a resolver ‘chicharrones bravos’, pero ya montado en ese ‘toro mecánico’ que se movía de forma vertiginosa, empezó a sacar adelante planes que significaron cambios protuberantes en los ciudadanos, en la capital santandereana y en el manejo del erario.

“Me siento muy feliz de haber sido Alcalde de Bucaramanga porque le devolví a mi ciudad algo de todo lo que me ha dado. Me dediqué a trabajar por mi gente, por las personas más necesitadas. En ese entonces le dije al presidente Uribe: ‘déjeme darle educación superior a los pobres de Bucaramanga, autoríceme’. Porque a los alcaldes no les compete la educación superior, sólo la básica primaria. Uribe me dijo que hable con la ministra. Nos reunimos con la ministra Cecilia Vélez y después de dos meses de gestión mía, me aprobaron que les diera educación privada a los pobres de Bucaramanga. Es un programa que se llama Universidad del Pueblo, donde gradué 8,400 jóvenes y niñas estratos 1 y 2, que vivían en ranchitos de madera y plástico al norte de la ciudad y hasta allí llegaban los encopetados profesores de la Santoto, de la Pontificia, de la UIS, de la UDES, de todas las universidades, porque hice convenios para que dictaran clases allá, en el barrio más humilde. Utilicé salones comunales, abrí sedes y, hoy en día, el orgullo es que hay alumnos que me agradecen y me dicen que ellos vendían en la calle, cargaban bultos o se la rebuscaban y ahora son todos unos orgullosos profesionales y tienen una gran calidad de vida”.

Muchas personas le han pedido que se vuelva a postular para la alcaldía, pero Fernando Vargas tiene otros planes, de los cuales hablaremos más adelante. Por ahora centrémonos en otras ejecutorias que realizó en la ciudad capital de Santander.

“La Universidad del Pueblo, qué cosa tan bella. Esa es la obra más Magna que hice durante mi gobierno. Además, Uribe me dio 100.000 millones de pesos para hacer el puente más hermoso que hay en Colombia. El puente atirantado de la novena. Hasta la Sociedad Santandereana de Ingenieros me criticó el proyecto, pero eso lo hicieron los mexicanos y es una obra inigualable en el país. Además, está el intercambiador de Neomundo, deje diseñado y financiado el Mesón de los Búcaros y otras obras que terminaron después Lucho Bohórquez y Rodolfo Hernández. Pero ¿saben que fue los que más me llena el alma? Cuando cumplía tres meses de mandato llegó a Bucaramanga la cadena hotelera Marriot, ellos me enviaron una carta donde me decían que se iban de la ciudad porque no había agua. Entonces agarré la carta y me fui a donde Uribe y le exigí que me ayude a modernizar el acueducto municipal, el consejo que me dio fue que le venda el acueducto a EPM de Medellín, le dije ‘no señor, no le voy a vender el agua que fabrica mi tierra santandereana a ustedes los paisas, para que después nos la vendan más cara, no señor, necesito dinero para hacer una represa. Son 300.000 millones y yo tengo 30.000, entonces espero el resto’. Me regaló 45,000 millones el presidente, sacamos la licitación por 270,000 millones y hoy es una realidad. Tenemos agua para un millón de habitantes del embalse del cual yo inicié la construcción”.

Otro viraje del destino

La vida cambia cada segundo y en esos giros inesperados un accidente grave que sufrió su hijo, Fernando, en una cuatrimoto, volvió a abrir otro camino en la vida y en las ejecutorias de la familia Vargas Buitrago, ese suceso triste los llevó a crear un centro de rehabilitación cerebrovascular y una fundación para ayudar a personas menos favorecidas en el país.

“Llevaba pocos meses como Alcalde de mi ciudad y, entonces, mi hijo, que estudiaba en Estados Unidos, vino de visita y se accidentó en una cuatrimoto. Fue un accidente muy terrible porque estuvo al borde de la muerte. Lo salvó la clínica Ardilla Lulle del doctor Virgilio Galvis. Allí hicimos todos los tratamientos posibles y luego lo llevamos a Estados Unidos donde estuvo con los mejores médicos neurocirujanos del mundo. Le hicieron 27 cirugías en su cerebro. Hoy Fernando se ha recuperado inmensamente, recorre los sitios, tiene entendimiento, maneja computador, no habla ni camina, pero para nosotros, hace parte de la familia, como una persona normal. Su madre, Omaira Buitrago, se dedicó a su hijo las 24 horas del día durante estos 14 años transcurridos desde que ocurrió el accidente. Omaira dejó todo su mundo para estar con su hijo y es la líder en la compra de la tecnología que hay sobre terapia cognitiva, qué es lo que necesitan las personas que se accidentan del cerebro. Hay que enseñar al cerebro otra vez a que funcione. Mi esposa le montó un centro de rehabilitación que se llama Neurotrauma Center, el cual es un centro de referencia nacional porque llega gente desde todo el país que se accidenta del cerebro o de la columna a tratarse, porque allí está la más alta tecnología del mundo en terapia cognitiva”.

Proyecto político nacional

Con gran emoción expresa que tiene en mente un proyecto político a nivel nacional, pero que está a la espera del momento propicio para ponerlo a andar porque los tiempos son precisos y hay que diseñar el plan de acción poniéndole atención a todos los frentes, para que nada sea improvisado, y el éxito sea total al final del ejercicio.
“Tengo mucha vocación de servicio, es decir, hay un chipen el interior mío que me facilita mucho integrarme con la gente, con la sociedad, tanto los sectores sociales populares, como con los sectores empresariales. Todos ven con buenos ojos un proyecto nuestro. No sé si la vida nos tenga como un destino, eso sí no lo sabemos, pero, por ejemplo, hubo una posibilidad de un proyecto político a nivel nacional. Me gustaría mucho que se puede dar, porque tendría un respaldo de los sectores sociales de este país. Colombia está a la espera de un candidato, a gritos, ¡a gritos! Un candidato de centro que tenga credibilidad. Soy quien pueda mostrar resultados. Una persona académica que ha estado toda la vida en la academia, que ha formado a medio país y que se ha mostrado exitoso en el sector empresarial. Eso debe tener una buena acogida en un proyecto político. Este es mi sueño, pero, dejemos que el destino nos diga en qué momento y qué es lo que tenemos que hacer”.

Como se acaba de lanzar a la Presidencia de la República, la pregunta obligada es ¿cuál será el programa sobre el que afianzaría esa intención de gobernar el país? pero la respuesta llega aún más segura, “no me atosigue aún (risas) sólo espero el tiempo adecuado y ya lo sabrán todo”.

El doctor Fernando Vargas Mendoza, ante los periodistas de Diario El FRENTE, acaba de poner su nombre para aspirar a la Presidencia de la República, entonces quedamos a la espera del momento en el cual él termine de redondear su proyecto político.

Así mismo, nos ha contado su vida llena de éxito, de altibajos, de emociones, de vibraciones espirituales y sentimentales, esa parte humana que la ciudadanía no conoce a fondo y que ahora está plasmada a través de este reportaje, con el cual queda expresado que Fernando Vargas Mendoza ha sido el constructor, guía y apoderado de un sinnúmero de cosas, pero también hay muchas otras que le debe la vida.

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