La Regla Fiscal y las consecuencias de que sea suspendida por tres años en Colombia
Resumen
Colombia planea suspender la Regla Fiscal durante tres años, lo que podría deteriorar su credibilidad financiera y aumentar la deuda nacional. Sin una emergencia comparable a la pandemia, expertos cuestionan la medida por potencialmente aumentar el costo del endeudamiento.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Se dice que "las reglas se hicieron para cumplirlas". En el ámbito de las finanzas públicas de un país, esta premisa adquiere una relevancia crucial. Colombia estableció una de estas reglas fundamentales, la Regla Fiscal, con el objetivo de asegurar la estabilidad económica y la sostenibilidad a largo plazo.
Sin embargo, la reciente intención del Ministerio de Hacienda de suspender sus efectos por tres años ha generado una seria preocupación y un debate sobre las implicaciones para el futuro del país.
La Regla Fiscal es un mecanismo de autodisciplina financiera adoptado por más de un centenar de economías en el mundo.
En Colombia, fue establecida por la Ley 1473 de 2011 y reformada en 2021, con el propósito de fijar parámetros que garanticen la sostenibilidad de las finanzas públicas en el largo plazo.
Fachada del edificio del Ministerio de Hacienda y Crédito público. La cartera presentó una reforma tributaria ante el desfinanciamiento del presupuesto.
Fachada del edificio del Ministerio de Hacienda y Crédito público. Foto:Néstor Gómez
En esencia, la Regla Fiscal actúa como un cinturón de seguridad para la economía del país. Su función principal es limitar los excesos en el gasto público, el endeudamiento y el déficit presupuestal.
Al imponer límites claros a estos indicadores, se busca evitar que el gobierno incurra en desequilibrios fiscales que puedan comprometer la estabilidad económica y la capacidad del Estado para financiar sus compromisos futuros.
La adopción voluntaria de una regla fiscal como la colombiana ofrece beneficios importantes para un país.
En primer lugar, fortalece la credibilidad institucional. Un gobierno que se adhiere a la disciplina fiscal demuestra responsabilidad y seriedad en el manejo de sus recursos, lo que genera confianza tanto a nivel nacional como internacional.
Esta credibilidad se traduce en ventajas tangibles
Menor costo de financiación: para el gobierno, significa que conseguir dinero prestado a través de la emisión de bonos o créditos internacionales resulta más barato, ya que los inversionistas perciben un menor riesgo.
Mejores condiciones de crédito para todos: esta situación se irradia al sector privado y a los ciudadanos.
Cuando el país puede endeudarse a tasas más bajas, esto tiende a poner un piso para el costo del dinero en toda la economía, lo que se refleja en créditos más accesibles para empresas y hogares.
Estabilidad económica: una gestión fiscal prudente contribuye a la estabilidad macroeconómica, lo que favorece la inversión, el crecimiento y la creación de empleo.
La cláusula de escape: una excepción para crisis reales
Es importante destacar que la Regla Fiscal contempla una cláusula de escape. Esta permite un desvío temporal del cumplimiento de las metas fiscales ante la ocurrencia de eventos extraordinarios que comprometan la estabilidad macroeconómica del país, como tragedias naturales o crisis económicas severas.
Un ejemplo claro de su aplicación fue durante la pandemia del COVID-19. En ese momento, los gobiernos de todo el mundo, incluido el de Colombia, tuvieron que incurrir en gastos urgentes y significativos para atender la emergencia sanitaria y apoyar a la población y las empresas.
Esto, sumado a la caída de los ingresos tributarios por las restricciones económicas, llevó a un aumento del déficit fiscal y la deuda.
En esa coyuntura, la aplicación de la cláusula de escape fue ampliamente aceptada como una medida necesaria y temporal.

La preocupante suspensión actual
Lo que diferencia la situación actual de Colombia es la ausencia de una emergencia comparable a la pandemia que justifique la activación de la cláusula de escape.
A pesar de que la economía colombiana no enfrenta una crisis sanitaria o un desastre natural de la magnitud de la pandemia, el déficit fiscal y la deuda pública han regresado a niveles preocupantes, similares a los de aquel entonces.
Expertos y analistas coinciden en que no existe un evento extraordinario que justifique suspender una norma tan crucial.
La decisión de suspender la Regla Fiscal por tres años, en este contexto, genera inquietud por varias razones:
Pérdida de credibilidad: La medida puede ser interpretada como una señal de falta de compromiso con la disciplina fiscal, lo que podría erosionar la confianza de los inversionistas nacionales e internacionales.
Mayor costo de la deuda: Sin los límites de la Regla Fiscal, el país podría enfrentar mayores presiones para endeudarse a tasas de interés más elevadas. Esto implicaría destinar una mayor proporción de los ingresos tributarios al pago de intereses, reduciendo los recursos disponibles para inversión social y productiva.
Impacto en los ciudadanos: Un mayor costo del endeudamiento para el gobierno tiende a trasladarse a los ciudadanos en forma de tasas de interés más altas para sus créditos, afectando el consumo y la inversión privada.
Riesgo de fuga de capitales: La incertidumbre fiscal podría propiciar una salida de capitales, generando inestabilidad cambiaria y presiones inflacionarias.
Recuperar la reputación tomará tiempo
Suspender la Regla Fiscal, aunque sea una formalidad legal, es una decisión de profundas implicaciones.
Lo que está en juego es la credibilidad de una política económica que, durante décadas, ha permitido a Colombia manejar choques externos y mantener la confianza de los inversionistas.
La reputación fiscal de un país es un activo valioso que se construye con años de disciplina y responsabilidad.
Romper esa confianza puede ser fácil, pero recuperarla requerirá tiempo, sacrificios y un compromiso renovado con la prudencia en el manejo de las finanzas públicas.
Al final, las consecuencias de una Regla Fiscal incumplida las pagarán los colombianos durante un largo período.