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Le dio cáncer en la úlcera

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Resumen

El artículo critica al escritor Mario Mendoza por su postura y comentarios sobre el presidente Gustavo Petro, cuestionando su conocimiento sobre la historia y realidad política de Colombia. Se defiende a Petro y sugiere que Mendoza carece de comprensión profunda sobre el contexto colombiano.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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Mario Mendoza es el tercer escritor colombiano que, por un puñado de lazaretos se propone “coprologizar” la imagen del presidente Gustavo Petro. No voy a citar ninguno de sus destartalados conceptos porque pierdo espacio precioso. Lo que sí debo es reconocer sus demoledores conocimientos de Psiquiatría Brujilística, adquiridos en la universidad de El Manicomio más grande del mundo.

Sin duda alguna, fue alumno del profesor Salomón, parasicólogo mentalista, y del gran maestro Malezza, Metafísico, Metapsíquico y Metalmecánico, eminencias grises muy reconocidas en el citado claustro universitario. Lo que le falta al letrado Mendoza, al igual que a los perínclitos William Ospina y Héctor Abad, es tener en cuenta que, el pasquín que publica sus oprobiosos batiburrillos de veleidades, puede competir en credibilidad con El Hocicón, donde es director mi muy apreciado Condorito.

No obstante, salta a la cara es que el letrado Mendoza, a quien de ninguna manera se le puede quitar que escribe más o menos, para la “pasmosa” cantidad de lectores que hay en Colombia, pero que está a cien millones de años luz de  Gabo y de Álvaro Mutis, de Kundera, de Roberto Bolaño y de Murakami, es que en conocimientos de historia de la invasión española hasta nuestros días, de Economía política, de estadística matemática, de teorías de la comunicación, de haber leído el texto, Los cínicos no sirven para este oficio, de Ryszard Kapuscinski, muchos informes sobre la violencia y la corrupción en Colombia, la  masacre de las bananeras, el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, de Luis Carlos Galán Sarmiento, de Álvaro Gómez Hurtado, el exterminio de la UP, la expoliación de tierras de los colonos y campesinos, el auge y caída de misteriosos carteles de la cocaína, del saqueo de Reficar, de Interbolsa, del origen de los gigantescos capitales de la mayoría de políticos colombianos, los carteles de la contratación, delitos elevados a potencias factoriales, y muchos más datos sobre la gran miseria moral y política del país, este respetable escritor, se lo digo de frente, no sabe una mierda.

Como si fuera escandinavo, alemán, danés, menos colombiano. Patalea como hijo legítimo de la gran burguesía criolla, pero, sabemos que no. Señor Mendoza, fíjese que no lo estoy irrespetando, pero ya que funge de psicoanalista materialista dialéctico y a la vez físico cuántico, que domina en profundidad el Principio de Incertidumbre y maneja a la perfección los números Quaterniones, el cuadro clínico siquiátrico que la hace al presidente Petro, por qué no se lo practica a los expresidentes X, Y, y Z y sus fiscales. Porque se ve que usted “sabe demasiado” de Freud y de Jung. Pero de Colombia, muy poco.

Escritor Mendoza: una cosa son los errores, o las equivocaciones, o los desaciertos, sobre todo políticos y/o administrativos. Pero otra cosa, muy diferente, son los crímenes execrables que usted “olvida”. Como escritor, intelectual y periodista, usted debe conocerlos al dedillo. En otros países como EE UU, Francia, Alemania, en la ONU, ven en Petro un gran gobernante.

El padre de la Lingüística, Noam Chomsky, periodista, primer intelectual de Estados Unidos y uno de los más connotados del mundo, reconoce, admira y respeta la capacidad mental y la intelectualidad del presidente Petro. Usted, que está a distancias siderales de cualquier intelectual de estatura mundial, incluso regional, lo vilipendia, lo envilece, lo pisotea. Es más, le tira mierda por la cara. Todavía peor: nos tira mierda por la cara a más de 11 millones de colombianos que creemos en él, en sus conocimientos de economía, de historia, de sociología, de cultura general, pasmosamente por encima de usted.

A nombre de Colombia entera y sublime, y como periodista y ciudadano colombiano, le sugiero que respete al presidente como usted querrá que lo respeten, y de paso nos respete a nosotros.

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