Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)En días anteriores, concejales del municipio de Bucaramanga denunciaron presuntos sobrecostos en la compra de alimentos (empanada+agua 300 ml por $14.500) en la administración municipal del alcalde Beltrán.
Lastimosamente, los procesos de contratación con presuntos sobrecostos son constantes en las entidades públicas del departamento. Se observa, por ejemplo, que la Dirección de Tránsito de Bucaramanga, contrata a través de subasta inversa la compra de mobiliario, con valores hasta un 121% más caros respecto a los precios del mercado y en el municipio de Socorro, un proceso de compra de dotación con precios desde un 61% hasta un 399% de incremento sobre los precios del mercado. La respuesta de las entidades: los costos adicionales asociados a la compra pública.
Si bien es cierto que existen costos asociados a la contratación pública que acrecientan el precio final unitario de los bienes y servicios, también es cierto que el incremento en estos procesos, se estima por encima de los porcentajes razonables para la cobertura de esos valores adicionales.
De tal manera, es imprescindible que, en todo proceso de adquisición de bienes y servicios en lo público, exista un proceso de planeación transparente que permita un estudio de precios que responda realmente al principio de economía que rige la contratación estatal, y que implica la maximización de los recursos disponibles para obtener el mayor beneficio posible.
Los principios de economía y de transparencia no son conceptos abstractos, sino condiciones indispensables para una gestión eficiente de los recursos públicos, que deben ir encaminados a la resolución de las necesidades colectivas. Aplicarlos rigurosamente en la contratación pública es un acto de responsabilidad hacia los ciudadanos y una obligación legal de las administraciones locales.
Sin un proceso de planeación adecuada, no se podrán lograr un ahorro efectivo en la compra pública, aún si se utiliza la modalidad de subasta inversa, en la cual se busca adjudicar los contratos a la oferta habilitada con el precio más económico, pues si los precios base se encuentran inflados, no existirá una disminución real en el valor final de los productos. Cada peso que se destina a un bien con sobrecosto es un peso que deja de invertirse en las verdaderas necesidades de la comunidad, máxime en un departamento como Santander, que enfrenta numerosas carencias en temas de infraestructura, educación, salud, entre otras.
Estos procesos, son un llamado de atención a entes de control, para realizar una revisión seria de cómo se están llevando a cabo los procesos de planeación y análisis de costos dentro de la contratación pública en el departamento, para garantizar la transparencia, la eficiencia y la integridad como principios rectores en la gestión de los recursos públicos. Sin ellos, se perpetúa un modelo de opacidad que erosiona la confianza ciudadana y compromete el desarrollo sostenible de la región.
*Marcela Pabón. e-mail: fundparticipar@yahoo.es