Resumen
En un evento en Bogotá, Salvatore Mancuso, exjefe paramilitar, enfrentó reclamos de víctimas del conflicto armado que exigieron que los actos de reconocimiento se realicen en las regiones afectadas. A pesar de la mediación de Lilia Solano, las heridas del conflicto siguen abiertas.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)En un evento en Bogotá, Salvatore Mancuso, exjefe paramilitar, fue recibido con fuertes reclamos de víctimas del conflicto armado. Durante su intervención, muchos exigieron que los reconocimientos por sus acciones se hicieran en las regiones más afectadas, en lugar de en la capital.
La directora de la Unidad de Víctimas, Lilia Solano, intentó mediar entre Mancuso y los asistentes. Una mujer que expresó su descontento pidió hablar en privado con él para discutir su compromiso en la búsqueda de desaparecidos, mientras el evento continuaba.
Las voces de las víctimas resonaron durante la actividad, destacando que no se sentían representadas en estos procesos. Neida Narváez, sobreviviente de El Salado, manifestó su frustración al recordar el dolor que sufrieron en sus comunidades a causa de las acciones de Mancuso.
A pesar de los intentos de Solano por crear un espacio de diálogo, quedó claro que las heridas del conflicto siguen abiertas. Las víctimas insisten en que el reconocimiento debe realizarse en los territorios donde ocurrieron los hechos, reflejando así sus realidades y necesidades.