Más que una moda: la historia cultural detrás de las flores amarillas
Resumen
El 21 de marzo, las flores amarillas simbolizan renovación y amistad, conectando generaciones desde Floricienta. Este gesto coincide con el equinoccio de primavera, transmitiendo alegría y vitalidad. El comercio apoya la tradición con ofertas especiales.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Cada 21 de marzo, las redes sociales se llenan de imágenes de flores amarillas acompañadas de mensajes de amor, amistad y renovación. Aunque muchos asocian esta costumbre con la famosa serie juvenil “Floricienta”, lo cierto es que el gesto de regalar estas flores en esta fecha va mucho más allá de la nostalgia televisiva.
En la historia de la telenovela, la protagonista canta “Flores Amarillas”, una canción que expresa el anhelo de recibir ese detalle como prueba de un amor soñado. Esta escena marcó a una generación y, con el auge de las redes sociales, la tradición ha resurgido con fuerza, convirtiéndose en un fenómeno viral que traspasa fronteras y generaciones.
Sin embargo, el origen simbólico de esta práctica no se limita a la ficción. El 21 de marzo coincide con el equinoccio de primavera en el hemisferio norte, un momento del año que marca el renacimiento de la naturaleza, el inicio de una nueva etapa y la esperanza de tiempos mejores. En este contexto, las flores amarillas se han consolidado como un emblema de luz, alegría y vitalidad.
En distintas culturas, el color amarillo ha tenido significados diversos: en China, por ejemplo, simbolizaba poder y sabiduría, mientras que en Occidente se asocia con la energía, la amistad y la prosperidad. Esta riqueza simbólica ha contribuido a que regalar flores amarillas sea visto como un gesto de buenos deseos, optimismo y conexión emocional.
El comercio también ha acogido esta tendencia, con florerías y tiendas en línea ofreciendo promociones especiales para satisfacer la creciente demanda cada 21 de marzo.