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“Maté a mi mamá y a mi papá”: hermanos Menéndez expresaron arrepentimiento tras lograr alivio en su condena

Resumen

La justicia de EE. UU. ha modificado la condena de los hermanos Menéndez, permitiendo que soliciten libertad condicional. Lyle y Erik expresaron arrepentimiento y asumieron responsabilidad por el asesinato de sus padres, mientras sus familiares abogan por su liberación.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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by Wendy López
“Maté a mi mamá y a mi papá”: hermanos Menéndez expresaron arrepentimiento tras lograr alivio en su condena

En una decisión que marca un giro trascendental en uno de los casos criminales más mediáticos de la historia reciente de Estados Unidos, la justicia estadounidense modificó este martes (13 de mayo de 2025) la sentencia de los hermanos Lyle y Erik Menéndez, condenados a cadena perpetua por asesinar a sus padres en su mansión de Beverly Hills hace 35 años. Con esta modificación, ambos podrán solicitar libertad condicional ante una junta evaluadora.

Durante la audiencia celebrada en Los Ángeles, el juez Michael Jesic accedió a cambiar la condena original —prisión perpetua sin derecho a libertad condicional— por una sentencia de 50 años a cadena perpetua, lo que habilita a los reclusos a presentar una solicitud de libertad bajo supervisión.

Los hermanos, que actualmente purgan su condena en una prisión de San Diego, comparecieron de manera remota mediante videollamada. Visiblemente emocionado, Lyle Menéndez, de 57 años, admitió su responsabilidad en el crimen: "Maté a mi mamá y a mi papá. No tengo excusas. Asumo toda la responsabilidad", expresó ante el tribunal.

Por su parte, Erik Menéndez, de 54 años, ofreció también un mensaje de arrepentimiento. "Disparé cinco veces a mis padres, y fui por más munición. Le mentí a la policía, a mi familia. Lo siento mucho", manifestó, según relataron periodistas presentes en la sala.


Apoyo familiar y llamados al perdón

La audiencia estuvo marcada por testimonios de familiares que intervinieron en defensa de los hermanos, apelando al tiempo ya cumplido y a la transformación personal que ambos habrían experimentado durante su encierro.

"Creemos que 35 años son suficientes", declaró Anamaria Baralt, prima de los Menéndez. "Nuestra familia los ha perdonado de forma universal. Ellos merecen una segunda oportunidad."

En la misma línea se pronunció Diane Hernández, sobrina de Kitty Menéndez, madre de los condenados, quien aseguró que Lyle y Erik son "seres humanos extraordinarios" y que no representan ningún peligro para la sociedad: "No hay posibilidad alguna de que rompan la ley si fuesen liberados. Su único deseo es hacer el bien", afirmó.

El caso de los hermanos Menéndez conmocionó a Estados Unidos a finales de la década de los ochenta. El 20 de agosto de 1989, los jóvenes, de entonces 21 y 18 años, asesinaron a sangre fría a sus padres, José y Kitty Menéndez, mientras veían televisión. Inicialmente intentaron desviar la investigación, fingiendo que se trataba de un ajuste de cuentas vinculado a la mafia.

La verdad salió a la luz cuando Erik confesó el crimen a su terapeuta, lo que condujo a su arresto. Durante el proceso judicial, la defensa argumentó que los hermanos habían sido víctimas de abusos sexuales y psicológicos a manos de su padre, y que actuaron movidos por el miedo y la desesperación. Sin embargo, la Fiscalía sostuvo que el móvil principal fue económico: heredar la fortuna de la familia Menéndez.

El primer juicio culminó sin un veredicto unánime, pero en un segundo proceso ambos fueron hallados culpables de asesinato en primer grado y condenados a cadena perpetua sin opción de libertad condicional, hasta la reciente modificación.

A pesar de este revés judicial, el fiscal del condado de Los Ángeles, Nathan Hochman, ha manifestado su firme oposición a la liberación anticipada de los hermanos. A su juicio, no existen fundamentos legales para reabrir el caso ni para reducir la pena.

"Los hermanos Menéndez no han mostrado un verdadero acto de contrición. El daño causado es irreversible y el castigo debe mantenerse", argumentó Hochman, quien aún evalúa la posibilidad de apelar la reciente decisión del juez Jesic.

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por Wendy López

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