¿Maternidad o mercancía?
Resumen
La gestación subrogada, diseñada para problemas de fertilidad, es ahora una industria multimillonaria utilizada por celebridades por razones no médicas. Este fenómeno plantea preocupaciones éticas sobre la comercialización del cuerpo femenino y su regulación.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
La gestación subrogada. En los últimos meses se ha intensificado la crítica hacia mujeres que han recurrido a la gestación subrogada para tener hijos. Casos como los de Lily Collins y Chimamanda Ngozi han sido el centro de la discusión. Pero ¿qué es la gestación subrogada? De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU. es un “tipo de embarazo en el que una mujer lleva en su vientre un bebé, que no le pertenece, hasta dar a luz”.
Aunque en principio esta práctica nació como una alternativa para personas con problemas de fertilidad, desde hace algunos años ha sido adoptada por celebridades y personas con grandes recursos económicos, muchas veces no por razones médicas, sino para evitar los cambios físicos y los riesgos que conlleva un embarazo. Entonces la siguiente pregunta es ¿Qué significa que una mujer asuma todos los riesgos físicos y emocionales de un embarazo por encargo, a cambio de una suma de dinero? Riesgos que, pueden incluir desde preclampsia y diabetes gestacional hasta la muerte. Personalmente, creo que estamos frente a un terreno sumamente delicado. La idea de comercializar el cuerpo femenino, de reducirlo a un canal de servicio para el beneficio de otros, me resulta profundamente inquietante.
En Colombia por el momento no ha sido prohibida ni regulada por el Congreso, pero la Corte Constitucional ha abordado el tema, en la sentencia T-968 de 2009 establece que hay varios aspectos clave a tener en cuenta cuando hay gestación subrogada para considerarla legitima y no contraria a la constitución: debe ser un mecanismo para resolver problemas de infertilidad, debe haber una ausencia de vínculo genético con la madre gestante (no puede aportar sus óvulos), no debe ser con fines de lucro, se deben evitar los beneficios económicos de terceros o agencias intermediarias. Además, se reitera que el interés superior del niño debe estar en el centro de cualquier decisión y que existe una necesidad urgente de regulación para proteger a todas las partes involucradas. Así, aunque no haya una ley específica, no es cierto que la gestación subrogada en Colombia esté completamente desregulada, la Corte ha delineado criterios constitucionales que deben ser tenidos en cuenta.
A finales del año pasado un juzgado en Bogotá fallo sobre el tema. En este caso, un ciudadano danés firmó un contrato con una madre gestante en Colombia, cuando el bebé nació, el nombre de la gestante fue incluido en el registro civil como madre biológica, el hombre solicitó su exclusión del registro, alegando que, al no haber aportado material genético, ella no podía ser considerada madre del menor. La jueza Paola Marcela Gómez Molina concluyó que, aunque la madre gestante no aportó material genético, su papel como gestante es fundamental en el proceso reproductivo. Por lo tanto, debe ser reconocida como madre biológica y su nombre debe permanecer en el registro civil, además que él no relacionó ningún documento que demostrara que tenía problemas de infertilidad, requisito clave según la jurisprudencia constitucional.
Lo que inicialmente fue concebido como un camino esperanzador para parejas con dificultades reproductivas, se ha transformado hoy en una industria global que mueve más de cuatro mil millones de dólares al año. Figuras como Cristiano Ronaldo y Kim Kardashian han recurrido a esta práctica, utilizando su poder económico para acceder a la paternidad o maternidad sin atravesar las implicaciones físicas de un embarazo. Y detrás de esos nacimientos perfectos, hay mujeres que cargan con el peso biológico, emocional y social del deseo ajeno. La gestación subrogada, en su forma actual y sin regulación, deja de ser un acto de solidaridad para convertirse en una forma más de explotación.