Suscríbete a nuestro boletín

¡Éxito! Revisa tu correo

Para completar la suscripción, haz clic en el enlace de confirmación en tu bandeja de entrada. Si no lo recibes en 3 minutos, revisa tu carpeta de correo no deseado.

Vale, gracias

Ministra de Transporte le cortó el chorro de dinero a Metrolínea

Editorial profile image
by Editorial
Ministra de Transporte le cortó el chorro de dinero a Metrolínea

La Ministra de Transporte en Colombia, María Fernanda Rojas Mantilla, estuvo de visita en la capital santandereana y ha dado un golpe de realidad a Bucaramanga: se acabó el financiamiento para Metrolínea.

Y no es para menos. El sistema de transporte masivo, creado con bombos, platillos y promesas de modernidad, se convirtió en una ruina millonaria que hoy es símbolo del fracaso técnico, político y ético de una ciudad que nunca tuvo un verdadero plan de movilidad.

Lo que comenzó como una apuesta por un sistema moderno de transporte público terminó siendo un elefante blanco. Las estaciones están abandonadas, saqueadas, y los buses color verde fosforescente, que alguna vez simbolizaron progreso, ya no circulan.

En su lugar, el transporte colectivo informal gana terreno ante el colapso institucional. La ciudadanía paga el precio con horas de su vida atrapadas en el tráfico, con inseguridad y con un servicio indigno.

La Ministra no se limitó a cortar el flujo de recursos. Señaló, con tono serio, firme y con mucha razón, que lo construido en Bucaramanga parece más una escenografía que una solución.

“Engañaron a la gente”, dijo. Y lo hicieron. Porque el pecado original de Metrolínea no fue técnico, sino fue moral. Se diseñó no para servir al ciudadano, sino para alimentar redes de corrupción, intereses politiqueros y negocios entre privados disfrazados de bien común.

No se escucharon voces críticas ni se atendieron propuestas viables. Se impuso el modelo que garantizaba mayores rentas a unos pocos. Pero aquí si tenemos que ser sinceros, si para la Ministra María Fernanda Rojas Mantilla, al pueblo lo engañaron, su propuesta de pensar en un tranvía es una completa utopía, como la calificó el empresario del transporte santandereano, Alfonso Pinto Afanador.

Es una alternativa estructural que demandará tiempo y planeación, no es una solución eficiente, efectiva y eficaz para el malogrado y colapsado modelo actual del transporte masivo en el Área Metropolitana.

La crítica del empresario se ampara en el argumento de la pérdida, porque "nosotros pusimos los buses", dijo Pinto Afanador. Pero lo que Bucaramanga perdió, en la cruda realidad, fue mucho más, perdió la confianza, la eficiencia y la posibilidad de una movilidad digna.

Es hora de aceptar por parte de gobernantes, empresarios y quienes quieren salvar el actual sistema de transporte masivo, que Metrolínea está muerto desde su nacimiento porque fue diseñado para fallar.

El tranvía, que es demasiado costoso, u otro modelo el Monorriel, robusto y bien concebido, pueden abrirse paso sin los errores del pasado. La solución no es seguir alimentando un cadáver con recursos públicos, sino construir desde cero un sistema que funcione.

La Ministra le cortó el chorro de dinero a Metrolínea. Ahora le corresponde a la ciudad decidir si se aferra al fracaso o si se atreve a imaginar, planear y construir un transporte digno, justo. Bucaramanga no necesita más análisis. Necesita decisiones valientes. Y deben ser ya.

Editorial profile image
por Editorial

Subscribe to New Posts

Lorem ultrices malesuada sapien amet pulvinar quis. Feugiat etiam ullamcorper pharetra vitae nibh enim vel.

¡Éxito! Revisa tu correo

To complete Subscribe, click the confirmation link in your inbox. If it doesn’t arrive within 3 minutes, check your spam folder.

Vale, gracias

Leer más