Resumen
El exalcalde de Bucaramanga, Juan Carlos Cárdenas Rey, dejó la ciudad endeudada y con parques destruidos. Los contribuyentes enfrentan impuestos más altos y numerosos comercios han cerrado debido a la crisis económica. Las soluciones a nivel local se ven limitadas por la falta de recursos.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
El daño económico provocado por las travesuras del ex alcalde de Bucaramanga, Juan Carlos Cárdenas Rey, que destruyó una veintena de parques, -- que eran los pulmones forestales de la denominada ‘Ciudad Bonita’ --, no tendrá arreglo por ahora, porque la ciudad está más endeudada que cuando la recibió el ingeniero Rodolfo Hernández Suárez, de parte de su antecesor Luis Francisco Bohórquez Pedraza y quiso convertirla en la nueva Barcelona de América.
Más de trescientos mil millones de pesos en deudas contraídas con las entidades bancarias y los parques destrozados por la incuria oficial de un mandatario que decía ser arquitecto de profesión. Cárdenas Rey destrozó las finanzas de Bucaramanga y destrozó los parques de García Rovira y San Francisco, además de hacer reducido los espacios para circulación de los vehículos automotores, causando más daños que un mico en una cristalería.
Como si la ciudadanía tuviera la culpa del derroche de dinero del exalcalde Cárdenas, para llenarle las alforjas a sus amigos contratistas, ahora tenemos los contribuyentes unos impuestos más altos, debido al programa de ‘Actualización Catastral’ que disparó el valor de la propiedad privada, obligando al cierre de muchos establecimientos comerciales, que han sido condenados a la quiebra.
Las consecuencias del deterioro financiero de la capital de Santander están a la vista. Centros comerciales, almacenes y tiendas cerradas como consecuencia de la quiebra general de empresarios de todos los niveles, que llevan casi dos años esperando una solución. Cuando se agotan los recursos de caja, el gobierno municipal no tiene otro camino que apretar a los contribuyentes y muchos de ellos han perdido hasta el cincuenta por ciento de sus ingresos.
Los errores de los gobernantes terminan pagándolos los agobiados contribuyentes y de ahí que las oficinas de ejecuciones fiscales de la alcaldía de Bucaramanga están apretando porque de la nación y del gobierno de Gustavo Petro no se pueden esperar soluciones. Es un problema de carácter local, donde se quedaron aplazadas, también, algunas obras de valorización por beneficio general como la construcción del puente elevado sobre la carrera 27 con calle 56, que se proyectaron hace diez años y el ex alcalde Rodolfo Hernández no quiso ejecutarla.
La nación no quiere comprometerse con mejorar la malla vial de Bucaramanga y de los municipios vecinos de Floridablanca, Piedecuesta, Lebrija y Girón, porque el presidente de la república Gustavo Petro Urrego considera que en el departamento de Santander, donde su ‘cordial adversario’ Rodolfo Hernández colocó más de ochocientos mil votos para su candidatura a la Presidencia de la R
epública, el petrismo en Santander no tiene relación de amistad con las mayorías santandereanas que lo detestan, ni compromisos financieros con las nuevas administraciones municipales de la zona metropolitana que están pasando afujías y donde el nuevo alcalde de Bucaramanga , Jaime Andrés Beltrán Martínez, que está haciendo lo que se pueda con recursos propios, no es santo de devoción del actual mandatario de los colombianos.