Petro está conduciendo el país a una guerra civil
Resumen
Las críticas al gobierno de Gustavo Petro se intensifican debido a sus alianzas con grupos irregulares, que amenazan con desestabilizar al país y han alienado a la oposición, intensificando el conflicto armado y afectando la seguridad en varias regiones.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Las frases de odio contra los partidos de oposición y contra sus dirigentes, que al principio de la presente administración quisieron colaborar con el gobierno de Gustavo Petro Urrego, han cerrado las puertas a un acuerdo de ‘Unidad Nacional’, donde las mayorías parlamentarias se han sentido ofendidas por la extraña alianza del presidente de la República con las disidencias de las guerrillas de las FARC y por su complicidad con los grupos de narcoguerrilleros, que siguen multiplicando los cultivos ilícitos.
El ministro de defensa, envuelto en el torbellino de las contradicciones de este gobierno, intenta someter a los grupos armados ilegales, rompiendo la cerca y arriesgando la vida de los soldados de la patria, que son el brazo legítimo del ordenamiento jurídico.
Petro ha convertido en guerrilleros a los integrantes de los pueblos indígenas que se tomaron la Bota Caucana, desalojando a miles de familias campesinas, que han tenido que huir y abandonar sus estancias campesinas, porque el presidente de la república ha cometido el desatino de indultar a los principales capos de las mafias y convertirlos en sus aliados, violando la constitución nacional y las leyes de la República.
El atentado contra la vida del joven senador Miguel Uribe Turbay es una consecuencia de esa complicidad del presidente que le ha quitado fuerza y espacio a las fuerzas militares y de policía.
Eso de acostarse con las fieras del narcotráfico, que nunca tuvieron voluntad de la paz, ha sido uno de los peores errores del presidente Petro y de sus vasallos, que se están enriqueciendo con los presupuestos oficiales de las obras públicas y los bienes del estado colombiano, para hacer proselitismo criminal, poniendo en peligro la vida de millones de compatriotas, que han tenido que abandonar las estancias campesinas de la Bota Caucana, compuesta por los territorios del Valle del Cauca, Cauca, Nariño, Putumayo, Caquetá y Vaupés, donde las fuerzas institucionales han sido remplazadas por los bandidos de las disidencias de las FARC.
Puede decirse que el Presidente Petro ha promovido y patrocinado la guerra civil que se siente en diferentes regiones del país y que ha dejado multitud de muertos, en el Urabá antioqueño, en el Magdalena Medio santandereano, en el territorio del Catatumbo (Norte de Santander), donde los campesinos cocaleros han tenido que aceptar y compartir la presencia de las guerrillas del autodenominado ‘Ejército de Liberación Nacional’, que se han prestado para que la dictadura venezolana se apodere de gran parte del territorio colombiano, como lo ha denunciado el exministro de defensa nacional, Juan Carlos Pinzón Bueno, que está dispuesto a jugarse como candidato presidencial, con tal de conseguir una gran coalición, encabezada por militares de la reserva activa del ejército, la policía, la fuerza aeroespacial de Colombia y la armada nacional, que quieren reincorporarse al proceso de recuperación de la seguridad que reclama este adolorido país.
Mientras las fuerzas militares y de policía se sacrifican para garantizar el orden y la seguridad nacional, el presidente Petro tiene dos caminos: el primero y mas conveniente para su integridad personal presentar renuncia del cargo, para que Colombia peda preservar la democracia.