Resumen
El colapso del Puente Primero en García Rovira ha dejado incomunicados a más de 100,000 habitantes, afectando la economía regional. A pesar de advertencias previas y promesas de reparación, las autoridades no han cumplido. La urgencia de acción es crítica para la seguridad y conectividad de la zona.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Desastre anunciado en la provincia García Rovira
Este viernes, la situación en el Puente Primero que conecta Guaca con San Andrés, en la provincia García Rovira (Santander), alcanzó un estado crítico. La infraestructura colapsó parcialmente, lo que dejó el paso de la vía casi imposible. Los daños, que abarcan desde las uniones de soldadura hasta el desgaste general del puente, han generado un impacto negativo en el tránsito y en la economía de la región. Esta importante vía es esencial para los 13 municipios de García Rovira, pues conecta con Boyacá y la troncal del Norte, que lleva hasta Cúcuta.
El reporte sobre el mal estado de este puente no es nuevo. Según Cayetano Bohórquez, integrante de la Veeduría Curos-Málaga, el deterioro del Puente Primero ya era evidente, "ya tenía más de un año en malas condiciones", afirmó. A pesar de que la situación era conocida por las autoridades, el puente siguió operando con reparaciones temporales, como la colocación de bultos de arena en los costados, hasta que el problema se hizo insostenible.
Bohórquez señaló que el consorcio encargado de la infraestructura y el Instituto Nacional de Vías (Invías) ya contaban con los estudios necesarios para intervenir en el puente, pero la intervención nunca se concretó. Aunque en una reunión con el Director Nacional de Invías se discutió la urgencia de las reparaciones, no se especificaron fechas ni plazos claros. Según Bohórquez, la promesa era que las obras empezarían en 2024, pero aún no se ha iniciado ningún trabajo significativo.
Un colapso anunciado
El colapso del puente no ocurrió de forma repentina. Según testimonios de los residentes, "el puente tuvo circuito, fue después de las 8 de la mañana que cedió la infraestructura, porque el tráfico estaba normal. Incluso, el paso de la Flota Cachira y la Contrans se logró", explicó Bohórquez. El colapso de la estructura se produjo en una hora de alta actividad, lo que agravó aún más la situación.
El daño afecta aproximadamente a más de 100,000 habitantes de la región, que ahora se encuentran incomunicados. Esto no solo provoca inconvenientes logísticos, sino que también genera pérdidas económicas considerables. La infraestructura del puente es vital para el territorio, ya que conecta los municipios de la provincia García Rovira con otras regiones como Boyacá y Cúcuta, y a su vez es una arteria clave para la circulación de productos agrícolas, una de las principales fuentes de ingreso de la zona.
Desde este mismo enfoque, Danil Román Velandia Rojas, personero de Santa Bárbara, también alertó sobre el mal estado del puente. Según Velandia, la infraestructura mostró signos de fatiga de material desde hace 12 y 18 meses, lo que le permitió a las autoridades prever su posible colapso. "Invías tenía conocimiento de la situación porque ya se habían colocado bultos de arena en los costados para nivelarlo", comentó. Sin embargo, la solución definitiva nunca llegó.
El personero destacó que a pesar de que Invías reconoció el problema, la falta de recursos impidió que se ejecutaran las obras necesarias. De acuerdo con Velandia, en 2024 se había prometido un monto de 28,500 millones de pesos para mejorar la infraestructura de la región, pero hasta la fecha, esos recursos no se han materializado. “Lo que siempre se ha pedido es que el Presidente de la República cumpla con lo prometido en la visita de Málaga, en febrero de 2024. La promesa de los recursos nunca llegó”, lamentó.
Impacto en la economía y la seguridad
El impacto de este colapso no solo es económico, sino también social. La región se encuentra en plena temporada de vacaciones, y el corte de la vía afecta no solo a los habitantes locales, sino a miles de turistas y estudiantes que se desplazan por la zona. Con el inicio del receso escolar, se esperaba una gran movilidad, pero ahora los viajes entre los municipios y hacia la capital del departamento, Bucaramanga, se ven obstaculizados.
La falta de una infraestructura adecuada para afrontar la temporada de lluvias también preocupa a los habitantes del territorio. Aunque en este momento no se han registrado grandes afectaciones por las precipitaciones, los pronósticos alertan sobre el riesgo de deslizamientos y otros daños estructurales. Velandia mencionó que desde la semana pasada la ola invernal ha comenzado a sentirse en la región, con derrumbes menores y otros inconvenientes relacionados con el mal estado de la vía.
Los residentes exigen que las promesas de intervención sean finalmente cumplidas. Además, no solo se pide la reparación del Puente Primero, sino también la atención a otros puntos críticos de la infraestructura vial, como el kilómetro 33 y el kilómetro 107, donde se han registrado problemas de remoción en masa que afectan la seguridad de los habitantes de las zonas circundantes.
Cayetano Bohórquez destacó la necesidad de un compromiso firme por parte de Invías y el consorcio encargado, para que las intervenciones no queden solo en promesas. "Ya veníamos advirtiendo sobre esta situación, y afortunadamente no hubo víctimas que lamentar, pero el peligro persiste", dijo. El llamado es que el dinero invertido en la infraestructura se vea reflejado en obras de calidad que beneficien de manera real y efectiva a la región.
En resumen, el colapso del Puente Primero es una tragedia anunciada que refleja la falta de acción por parte de las autoridades competentes frente a un problema que llevaba más de un año en alerta. El tiempo de espera se agotó, y ahora la provincia García Rovira enfrenta un desafío crítico que exige respuestas urgentes. La solución a este problema no solo es necesaria, sino imperativa para garantizar la seguridad y el bienestar de los más de 100,000 habitantes afectados.