Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Los santandereanos estuvimos a punto de llevar a la Presidencia de la República a un hombre que, aunque no era muy bueno en las formas, sí lo era en el fondo. Por eso, antes de salir a liquidar al alcalde del municipio de Barbosa Marco Alirio Cortés, por lo sucedido en la entrega de donaciones que hizo el Departamento para la Prosperidad Social en conjunto con la DIAN, hay que ahondar en las razones que lo llevaron a salirse de la ropa ante la presencia oportunista e indebida de un representante a la cámara en un evento que estaba programado para atender a la población más vulnerable.
Las primeras críticas van dirigidas a los gritos del alcalde y a sus reclamos airados, los cuales si bien es cierto no están bien vistos, si tenían un fundamento lógico que activó con todo su poder la particular idiosincrasia de uno de los más reconocidos políticos de la región. Para nadie es un secreto que, en el año 2023, el exalcalde Víctor Manuel Camacho Camargo, muy amigo del representante, recibió una donación de más de 4.100 zapatos que extrañamente terminaron dándose de baja según un acta del comité municipal de inventarios por encontrarse en indebidas condiciones de uso.
Según el exalcalde, todos esos implementos deportivos, recibidos en donación, en conjunto con 4.148 pares de zapatos, fueron quemados en un horno panelero de propiedad de su familia, pero para diciembre de ese año, según funcionarios de la Seccional de la Cámara de Comercio y los mismos comerciantes, esos zapatos se vendieron de forma informal en el municipio y en almacenes de las ciudades de Tunja y Bucaramanga relacionados con Leidy Lorena Duarte García, la esposa del ex alcalde.
Ese es un poderoso motivo para que la primera autoridad del municipio rechace con vehemencia que la entrega de estas donaciones se haga a través del mismo congresista y su círculo cercano de amigos, dentro de los cuales se encuentran algunos condenados por narcotráfico en los Estados Unidos.
Por eso causa tanta extrañeza que un funcionario como Gustavo Bolívar, defensor acérrimo del presidente Gustavo Petro y su proyecto de Gobierno, que siempre ha rechazado que la politiquería se tome las acciones de la administración pública como propias, llegue a Santander a entregar ayudas a los más pobres poniendo como intermediario a un representante que durante su campaña no bajaba al mandatario de hampón y guerrillero, pero que por esos “dinamismos” de la política, termina ahora demostrando que su única ideología es hacerse debajo del árbol que más sombra le dé.
Las ayudas que entrega el Estado no son para robárselas y mucho menos para hacer politiquería a su costa con los más pobres, algo que debería tener muy claro el señor Bolívar, pero como este gobierno sobrevive a punta de incoherencias ¿Qué más daño podría hacerle una más en Barbosa? Solo el tiempo confirmará que el alcalde tuvo razón en su accionar, porque en honor a la verdad, si la tuvo.