ir al contenido

Rueda de prensa

‼️ Envianos tu denuncia o noticia
Versión Beta Reportar error

Resumen

Don Santa enfrenta retos navideños con un presupuesto ajustado; padres deben controlar expectativas de los niños. La ilusión persiste pese a las dificultades y el verdadero espíritu se mantiene en la generosidad de quienes ayudan sin esperar nada a cambio.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Espacio Publicitario
+ Google Noticias
+ Canal WhatsApp

El cielo estalló en ruidosos colores anunciando la entrada de la navidad. Don Santa tomó de su ropero el traje para llevarlo a la lavandería y de un brinco pasó a la barbería para retocar su barba; de ahí salió al optómetra para actualizar sus lentes porque ahora sus ojos veían cosas que no creía y creía en cosas que no veía.

Su buzón estaba taqueado de correspondencia y ese día para rematar despertó tarde por el desvelo de la pólvora, ya que sus medicamentos para dormir poco efecto surgieron.  Su tiempo se acortaba y aun debía acordar cuanto antes el presupuesto con los papás de los niños. Parece que don Santa está en serios problemas porque una cosa es cumplir con la ilusión de los pequeños y otro cuento son los padres involucrados en contener el secreto de su existencia. Este año, el presupuesto de navidad está reducido para cientos de papás que deben acomodarse a los créditos para cumplirle a los niños que se portaron bien durante el año bajo la “amenaza” de ser excluidos de los regalitos si se portaban mal. -Bueno, dicen los papás… por ser navidad hay que levantarles el castigo, pero el presupuesto se ajustará a los resultados.

Don Santa, además de traer regalitos a los niños y decorar vitrinas trae buenos, tristes e inolvidables recuerdos; ilusiones y motivos para su visita y abrir la controversia con los fans del Niño Dios. Las encuestas siempre estarán divididas y todos los años esta historia se repite.

Aunque Santa Claus y el Niño Dios realmente no pueden asumir todo, seguramente algunos papás los hará responsables de los juguetes que no llegarán este año por falta de presupuesto. Los niños no necesitan entender de finanzas para ver que algo falló y las cosas no salieron como pensaban. Los menos berrinchudos terminarán felices con el desvare.

Cada navidad el Niño Dios y don Santa encuentran nuevos rostros en la familia y extrañan otros que por décadas fueron sus cómplices y que no regresarán a la mesa a media noche.  Su vacío llenará todos los recuerdos.

Pocas veces nos referimos al niño Dios y don Santa para pensar en las circunstancias que tienen que pasar para entregar los regalitos a los niños. Será que los niños se preguntan por donde entra Santa Claus, ¿si en casa no hay chimenea? ¿Qué pensarán el Niño Dios y Santa Claus de los niños que no tienen quien interceda por ellos? ¿Quién asumirá la tristeza de estos niños? ¿Quién podrá hacerse cargo de los niños de la calle, de los hijos de la tragedia que los hizo huérfanos? En fin, cada regalito tiene su historia y no todas las historias tienen regalito.

¡No es fácil! comentaba Santa Claus en rueda de prensa, e invitó de paso a las personas de buen corazón que no tienen nada que pedir a cambio de “suplantarme”, jo, jo jo y sonreía con lágrimas optimistas. -Creo en ellos y no necesito verlos; y para mí, es suficiente que los niños sí… ¡aunque tampoco lo crean!

Más reciente

Veeduría denuncia irregularidades en IPS de Santander

Veeduría denuncia irregularidades en IPS de Santander

En Santander, se ha denunciado una grave irregularidad en la entrega de medicamentos e insumos médicos en las IPS, afectando especialmente a adultos mayores y personas con discapacidad. Alfonso Mantilla, presidente nacional de la Veeduría de Salud, alertó sobre la falta de suministros completos para los pacientes, quienes, en muchos

Miembros Público