Senador colombiano en el centro de la polémica por supuesto engaño sobre su asistencia a evento presidencial en El Salvador

El ambiente político se agita con las recientes revelaciones sobre las circunstancias que rodearon la presencia del senador colombiano Jonathan Ferney Pulido Hernández, conocido popularmente como Jota Pe Hernández, en la reciente ceremonia de posesión del presidente de El Salvador, Nayib Bukele.

Según las indagaciones de Caracol Radio, la versión que Jota Pe Hernández difundió a través de sus redes sociales, afirmaba su asistencia como invitado de honor en la toma de posesión de Bukele, donde incluso asistiría a una gala especial. Sin embargo, emerge una historia diferente que pone en tela de juicio sus declaraciones.

La información desmiente que Hernández fuera un convidado especial de Bukele. Por el contrario, relata el congresista salvadoreño Cristian Guevara, Hernández habría tratado de “mendigarle” un espacio para asistir, integrándose a una comitiva ya organizada para el evento.

La controvertida admisión sugiere que el parlamentario colombiano no disfrutó de los privilegios que se arrogó, sino que habría buscado cualquier medio posible para ingresar al evento, incluso apelando a la cortesía de un otro diputado. La 'invitación' que mostró Hernández, según Guevara, no tenía validez para conceder acceso a los actos exclusivos, ya que consistía en un PDF simple a diferencia de las oficiales en papel membretado.

Este episodio no solo pone en cuestión las afirmaciones de Jota Pe sino que también destapa el afán del senador por mostrarse en un lugar destacado en un acto de gran trascendencia internacional. Una gala de alto perfil a la que asistieron 1.000 personas, según reportes, y a la que Hernández aseguraba haber sido invitado por el embajador de Colombia en El Salvador.

No obstante, las imágenes compartidas por Hernández correspondían a momentos previos al acto ceremonial, y la comunicación con Guevara sugiere que el verdadero propósito del senador era obtener pruebas fotográficas para respaldar su narrativa engañosa. Guevara, por su parte, asegura que su intención era meramente colaborativa ante la solicitud del senador colombiano.

Este suceso realza la discusión sobre la veracidad y autenticidad en el comportamiento de los políticos, evidenciando cómo la manipulación de la información puede trastocar rápidamente la dinámica en la esfera pública.