Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Por: José Caicedo Solano*
Este siglo XXI, tiene como característica, que la población, no es que se haya envejecido, sino que vive más tiempo. La apreciación de vejez, está en que la persona, ya cumplió con dar a sus familias y a sus empresas y se le acabó la capacidad de ser económicamente activa. Digo que es la apreciación, más no la lógica y la realidad de lo que está sucediendo. Actualmente, bajo la premisa, que la persona, hombre o mujer, o de los otros, o de las otras, tenga más de sesenta años, no significa esa senilidad, en donde ya es una carga social, menos si tiene formación universitaria. Al contrario, son la flor de la mejor filosofía de la experiencia, la teoría y la aplicación racional. Allá, por ejemplo, debería estar encaminada, todo el profesorado universitario, siempre y cuando tengan su formación permanente y estén actualizados en todos los temas de su profesión.
En el año 2018, se hablaba que Emile Ratelband, holandés, había llegado hasta las más altas cortes de su país, para pedir, que, bajo el esquema jurídico, le sea razonable que le disminuyeran la edad. Este profesional, tenía 69 años, con los más altos estudios de posgrado y doctorado, con amplios conocimientos científicos, en su materia, con su respectiva pensión, y no conseguía trabajo; o como dicen los bien entendidos, no encuentra la forma de dar o repartir los conocimientos a las nuevas generaciones, tanto en lo académico, como en lo empresarial, porque pisaba dicha edad, y que curioso, se pensaba que esto ocurría solo en nuestra querida patria.
Como estamos en nuestro estado de derecho, es fácil decir, que se promulgue una ley en que, para ser profesor universitario, se debe tener más de cincuenta años, lo mismo que para ser presidente de la república, debe tener no menos de sesenta años, que es cuando se tiene casi cumplidos todos los estímulos de la formación total. Por eso señor empresario, no se jubile, porque la gente cree que usted está viejo y el “chino” que salió de la facultad, se le está sentando en su gerencia, en aras de ser aquello que usted “es”, y no el que fue, en años de gloria, para tenerlo en meses de aprendizaje. Desde luego que esa juventud en bien recibida, pero no con “grandes ideas de yerno enamorado”, que todo lo ve factible de hacer y de cambiar, sino con el amor y el aplomo necesario para encontrar un buen empalme, entre las diferencias de edades, que a lo mejor tienen el mismo conocimiento, pero no la misma cultura.
La educación en Colombia, la puedo calificar de mala, tendiendo a pésima, con pérdida de valores, en boca del propio presidente Gustavo, en donde, entre otras barbaridades, le dice a la juventud que eso de pensionarse a los 62 años, es una gran carga emocional y que deben propender para que estén en una libertad de no hacer nada a los 42 años para gozar la vida. Obviamente, no dice como, sino alienando a una juventud con algo de droga en su cabeza, en donde pueden decir, “Huy loco, el Petro es un bacán” y con eso no dan entusiasmo para llegar a esa linda edad que es tener más, ahora, de ochenta años, con una lucidez de ángel protector del entorno planetario.
*Contador Público. Asesor empresarial.