Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Está próxima la fecha, que conmemora los 194 años de la muerte del libertador Simón Bolívar. La historia nos dice que había nacido en Caracas (Venezuela), un 24 de julio de 1783. Era hijo de ricos potentados españoles, qué desde luego, para esa época, no eran grandes industriales, ( no había industrias), sino terratenientes, con fortuna mal o bien habida, robada a los indios o asignada por la corona española. Se casó con la española María Teresa del Toro y su matrimonio duró menos de dos años, porque ella murió por las enfermedades propias del trópico venezolano.
Con ella no hubo hijos, pero se cree que tuvo unas 46 amantes y 23 hijos, que también en aquellos tiempos, no había paternidad responsable y mucho menos si “la hembra” era una esclava o similar. Lo cierto, es que ni la historia, ni hechos reales hablan de la descendencia de Simón, lo cual no significa que no existan. La ultima compañera que se le conoció o que dieron a conocer los historiadores fue Manuelita Sáenz, quien muró treinta años después de él. Tampoco se conoce mucho de la evolución de sus sobrinos, ya que su hermano Juan Vicente murió ahogado por allá en 1810, en un Bergantín (barco), entre Miami y las Bahamas.
Para la época de la muerte del Libertador, había una fuerte influencia de la iglesia católica, en la cual, presentaban la muerte como un gran castigo de Dios, y, por tanto, el paciente tenía que hacer diferentes actos, so pena de irse indefinidamente al infierno, en medio de llamas, ardiendo día y noche. Pero estaba la “chapulina”, la iglesia, que, a través de ciertas oraciones y ritos, como el de los santos oleos, le daban al “ser del viaje eterno”, la conducción hacia los cielos, en compañía de todos los santos.
Simón Bolívar, no solamente era un militar sino un ser pensante, un gran filósofo, que entendía la muerte como un paso más de la evolución del nacimiento y la vida. Por eso, más que prepararse para morir, decía, es mejor hacer las cosas para trascender y es cuando empieza a hacer sus testamentos y proclamas, dentro del marco de la absoluta marcha natural. Pero, ya en sus últimos días, tal vez en un estado de inconciencia, los edecanes, llaman al cura de Mamatoco, para que le suministre los santos oleos, y así morir en la paz del Señor.
Siendo la una quince minutos de la tarde, de ese viernes 17 de diciembre de 1830, muere Simón Bolívar, en una finca al lado de Santa Marta, llamada la quinta de San Pedro Alejandrino. Uno de los allegados, en un estallido de venganza contra la naturaleza, rompe el reloj que colgaba sobre la pared y dice, si el general no va más, que el tiempo tampoco siga su corriente. La alta dirigencia de Caracas, solo sabe la noticia en febrero de 1831.
Actualmente, la Quinta de San Pedro Alejandrino, es un monumento muy bien tenido, en homenaje a la muerte de Bolívar, a donde llegan turistas de todo el planeta. No se si de todo el mundo; hasta ahora no se ha visto ningún marciano.
El día de su muerte ya había cumplido 47 años, y su permanencia en Santa Marta, solo era una escala más, porque quería pasar el resto de su vida en Europa, recordando todos los placeres con bares y mujeres, en París y otras grandes capitales de ese continente. Gloria a Dios y la patria, con todos sus defectos y virtudes.
*Contador Público. Asesor Empresarial.