Sergio Blanco: el joven que encontró en la UIS la fórmula para vivir del arte

En el corazón del campus de la UIS Floridablanca, mientras la jornada académica llega a su fin, Sergio Andrés Blanco Rodríguez se queda un poco más, reflexionando sobre un camino que parecía improbable. Tiene apenas 20 años y ya se perfila como actor, productor audiovisual y gestor cultural en formación. Pero su verdadero logro ha sido transformar la pasión en un proyecto de vida estructurado.

Nacido en Bucaramanga y criado en La Purnia, vereda del municipio de Los Santos, Sergio aprendió desde niño el valor del trabajo, la disciplina y los sueños grandes. Aunque el arte no era parte del entorno familiar, un programa infantil en televisión encendió su vocación actoral: “Veía a esos chinos haciendo monerías y dije: yo quiero ser como ellos”. Así comenzó su viaje entre cafetales y caminos de tierra, hasta los escenarios teatrales y los sets de grabación.

A pesar de su compromiso y talento, la ruta no fue sencilla. Tras varios rechazos universitarios, vivió un periodo de incertidumbre. “Duré seis meses sin estudiar, estaba deprimido”, recuerda. Pero fue su hermano quien encontró una luz: una carrera en la UIS que combinaba la gestión con la creación artística. Esa oportunidad lo cambió todo.

Ahora cursa segundo semestre de la Técnica Profesional en Ejecución de Proyectos Culturales y Creativos, una formación que no solo ha fortalecido su vocación, sino que le ha enseñado a estructurarla: desde cálculo aplicado a la cultura hasta marketing, derecho laboral y herramientas para producir con visión empresarial. “No es lo mismo decirle a alguien ‘trabaje conmigo’ que saber hacer un contrato. Ahora entiendo cómo vender un proyecto y hacerlo viable”, asegura.

Esa preparación lo ha llevado a escenarios reales: fue protagonista del videoclip Muero llorando del artista Heredero, participó en el Festival Internacional de Percusión como camarógrafo y asistente, y ahora sueña con abrir un centro de formación artística en Bucaramanga. “No quiero que los pelados sientan que deben irse a Medellín. Quiero que se queden y crean en el arte como una forma de vida y transformación”.

A quienes sienten dudas, les habla con la misma honestidad con la que vive: “Sí, va a ser difícil. Sí, habrá quienes no crean en ti. Pero vale la pena. La UIS me dio las herramientas, ahora el resto es decisión mía”. Y mientras las inscripciones siguen abiertas, Sergio invita a otros a arriesgarse y hacer del arte una carrera posible, estructurada y sostenible.