Resumen
El supervolcán de Yellowstone muestra signos de actividad interna con un hundimiento constante, lo que preocupa a los científicos. Se han propuesto soluciones para mitigar una posible erupción, como enfriar la cámara magmática, aunque enfrentan obstáculos legales.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)El volcán más grande y temido del planeta, ubicado en el Parque Nacional de Yellowstone, entre Idaho, Wyoming y Montana, sigue siendo el centro de atención mundial al mostrar signos de actividad interna. Con una caldera de 8,983.2 km², este supervolcán ha registrado un hundimiento lento pero constante de entre dos y tres centímetros por año desde 2015, lo que preocupa a científicos y expertos en vulcanología. Este movimiento, según los estudios, indica acumulación de magma en su interior, un potencial peligro que podría afectar al planeta entero.
Este verano, el volcán dejó claro su poder cuando una explosión hidrotermal sorprendió a un grupo de turistas. La erupción lanzó rocas, tierra y vapor de agua por los aires, recordando las tres grandes erupciones catastróficas que ha protagonizado el supervolcán en los últimos dos millones de años.
La acumulación de magma en Yellowstone ha motivado a científicos a buscar maneras de prevenir una erupción devastadora. En 2017, el ingeniero de la NASA Brian Wilcox y su equipo presentaron un plan para enfriar la cámara magmática perforando un conjunto de pozos alrededor de la caldera y bombeando agua fría al subsuelo. Esto no solo reduciría el calor interno, sino que podría aprovechar un estimado de 22 GW de energía geotérmica.
Sin embargo, existen impedimentos legales para implementar esta propuesta. La Ley de Parques Nacionales de Estados Unidos y la Ley de Vapor Geotérmico de 1970 prohíben la explotación comercial de recursos naturales en Yellowstone, bloqueando el camino a esta posible solución.
Un estudio de la Universidad de Purdue, publicado en 2022, ofrece una alternativa sostenible ante las limitaciones legales. Su propuesta consiste en instalar pilares de cobre de alta conductividad térmica en la cámara magmática, los cuales transportarían el calor sin la necesidad de perforar ni bombear agua. El calor, una vez en la superficie, podría usarse para mover turbinas de vapor alimentadas con agua del cercano lago de Shoshone. De esta forma, no solo se evitaría una erupción, sino que se aprovecharían hasta 11 cuatrillones de vatios-hora de energía geotérmica.