Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)En un rincón de la creatividad y la resiliencia, surge Tejedoras de Sanación, un emprendimiento que no solo produce hermosos tejidos, sino que también actúa como una terapia para las mujeres víctimas del conflicto armado en Santander. Cada puntada se convierte en un acto de sanación, ayudando a desenhebrar los nudos que la violencia ha dejado en sus almas.
Marlene Romero Rodríguez, enfermera con más de 30 años de experiencia, es un ejemplo inspirador de esta iniciativa. A sus 80 años, comparte su historia mientras teje en macramé, expresando que “cuando estoy tejiendo, mis ilusiones y sueños quedan entre cada nudo”. Para Marlene, este emprendimiento representa una forma de sanar emocionalmente después de las dificultades vividas junto a sus hijos.
En un mercado campesino organizado por la Unidad para las Víctimas en Piedecuesta, Marlene presentó sus delicados tejidos, demostrando que la creatividad puede florecer incluso en las circunstancias más desafiantes. “Tejer ha sido mi terapia para no caer en la depresión ni en enfermedades mentales. La vida sigue y uno tiene que salir adelante, como dice el santandereano: ¿Para atrás? ¡Ni para coger impulso!”, afirma con determinación.
Marlene es parte de un grupo de 100 unidades productivas que han participado en espacios de comercialización promovidos por la Unidad para las Víctimas durante el actual gobierno. En el departamento de Santander, se han identificado 744 unidades productivas, de las cuales 482 han sido caracterizadas y 255 fortalecidas a través de capacitación y entrega de insumos.
Otra voz destacada es la de Mayerly Chacón, también sobreviviente del conflicto armado, quien ha impulsado su emprendimiento de perfumería, Esencia by MD. Mayerly señala que ha adquirido grandes enseñanzas y ha encontrado oportunidades como asesorías en marketing digital y apoyo crediticio sin interés. “Hemos compartido con otros emprendedores y eso nos ha permitido crecer”, expresa con esperanza.