Resumen
La liquidación de Metrolínea depende de la decisión del Concejo de Bucaramanga, lo que impactará la movilidad en la ciudad. El proceso busca transferir responsabilidades al Área Metropolitana sin detener el servicio, en medio de incertidumbre por deudas y sin plan alternativo claro.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Metrolínea está en manos de la decisión del Concejo para su liquidación
La liquidación de Metrolínea está a la expectativa de la decisión del Concejo de Bucaramanga y del impacto que esta decisión pueda tener en la movilidad de la ciudad, por ahora caótica y sin plan B de solución.
La crisis del sistema de transporte masivo Metrolínea continúa profundizándose, generando incertidumbre sobre el futuro de la movilidad en Bucaramanga.
Un nuevo proyecto de acuerdo presentado ante el Concejo Municipal busca acelerar el proceso de liquidación del ente gestor, Metrolínea, un paso que podría extenderse por un periodo de hasta nueve meses, o más debido a cálculos, mientras la ciudad enfrenta una situación crítica en su infraestructura de transporte.
En rueda de prensa convocada para este jueves 31 de octubre, y no Rafael Vanegas, asesor de despacho de la Alcaldía de Bucaramanga, detalló que esta propuesta tiene como objetivo otorgar al alcalde Jaime Andrés Beltrán las facultades necesarias para iniciar la disolución y liquidación de Metrolínea.
Este acuerdo, que podría ser aprobado antes de que finalicen las sesiones ordinarias del Concejo, entraría en vigor tres meses después de su publicación. Una vez activa, el alcalde contaría con un plazo adicional de seis meses para nombrar un liquidador y llevar a cabo el proceso de liquidación.
El sistema no se liquida
"La Corte Constitucional ha sido clara en las funciones del alcalde para iniciar este proceso", destacó Vanegas. Según él, este plazo de nueve meses es esencial para asegurar una liquidación ordenada y transparente del ente gestor, en un contexto donde la falta de claridad ha alimentado la ansiedad tanto de usuarios y trabajadores del sistema.
Pese a la inminente liquidación de Metrolínea, Vanegas asegura que el servicio de transporte masivo seguirá en su tarea de funcionar con normalidad y que la responsabilidad de activar un nuevo proyecto que revitalice el sistema recaerá en el Área Metropolitana de Bucaramanga.
Este plan incluirá la utilización de las estaciones, el carril exclusivo y la experiencia acumulada de las 11 empresas de buses públicas que actualmente forman parte del sistema.
"No se va a liquidar el sistema, lo que se va a liquidar es el ente gestor y la sociedad Metrolínea", enfatizó Vanegas, en un esfuerzo por generar tranquilidad entre los ciudadanos sobre la continuidad del servicio.
Desafíos proyectados y deudas pendientes
El principal reto en este proceso de liquidación es afrontar los pasivos de deuda con los trabajadores y el déficit operativo del sistema, que se estima en unos 5.000 millones de pesos.
Esta situación plantea serios interrogantes sobre cómo se garantizará la continuidad del servicio y la satisfacción de los usuarios en un escenario de inestabilidad y sin un plan B para no cometer los mismos errores.
Los ciudadanos han expresado su preocupación sobre cómo se abordarán estas deudas y si el nuevo esquema de transporte será capaz de superar las limitaciones que enfrentó Metrolínea en su gestión.
La noticia de la posible liquidación de Metrolínea ha suscitado diversas reacciones entre la ciudadanía, en especial por el pésimo servicio de la actualidad y muchos expresan su inquietud sobre el impacto que esta decisión puede tener en la movilidad de la ciudad. La incertidumbre genera un clima de preocupación, ya que el transporte masivo es una columna vertebral en la vida cotidiana de los bumangueses.
Expertos en transporte advierten que la reestructuración del sistema no sólo debe enfocarse en la liquidación, sino también en la creación de un modelo de transporte eficiente y adaptado a las necesidades actuales de los usuarios.
Reacción ciudadana y perspectivas futuras
La participación ciudadana en la toma de decisiones es fundamental para asegurar que cualquier cambio propuesto responda a las expectativas y requerimientos de la comunidad, además, durante esta junta se habló de cuál sería el modelo de buses a utilizar en la nueva empresa.
En los próximos meses, el Concejo debatirá y votará el proyecto de acuerdo. La decisión que se tome no sólo marcará el futuro del transporte masivo en la capital santandereana, sino que también influirá en el desarrollo urbano y la calidad de vida de sus habitantes.
La forma en que se gestione esta transición será clave para restaurar la confianza en el sistema de transporte público y garantizar que Bucaramanga cuente con un servicio digno y eficiente.
A medida que avanza el proceso, es vital que se aclare cuál será la inversión en el proyecto futuro, de donde saldrá el dinero, cómo participarán las empresas transportadoras que cuentan con la experiencia y conocen al dedillo las necesidades de la ciudad, y cómo se manejará el transporte urbano de Bucaramanga para que no se cometan los mismos errores sobre los que se edificó Metrolínea. Por ahora la mirada está puesta, toda, en el Concejo, en el Alcalde.