Una colombiana lidera el experimento que confirma la existencia del ‘Tiempo Negativo’

La física cuántica ha vuelto a sorprender al mundo con un hallazgo sin precedentes. Un grupo de científicos liderado por Daniela Angulo Murcillo, una colombiana estudiante de posgrado colombiano en la Universidad de Toronto, ha demostrado la existencia del llamado ‘Tiempo Negativo’, un fenómeno que desafía las leyes convencionales de la física.

La mecánica cuántica, que estudia las partículas subatómicas, opera bajo reglas que desafían la lógica del mundo macroscópico. Desde los años 20, con el famoso experimento de la doble rendija, esta rama de la física ha revelado fenómenos como la superposición, donde las partículas pueden existir en múltiples estados simultáneamente. Inspirados por este principio, Daniela y su equipo llevaron a cabo un experimento utilizando rubidio a muy bajas temperaturas. Su objetivo era medir el tiempo que un fotón permanece “atrapado” dentro de una nube atómica antes de ser liberado.

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Tras años de preparación y el uso de sofisticados dispositivos ópticos, el equipo observó algo sorprendente: en algunos casos, los fotones eran liberados antes de ser absorbidos por el rubidio. Este fenómeno, descrito como ‘Tiempo Negativo’, indica que los fotones parecían retroceder en el tiempo, al menos según los registros experimentales. En términos simples, esto es como observar un auto salir de un túnel antes de que entre en él, una paradoja que pone en jaque nuestro entendimiento del tiempo lineal.

A pesar de lo impresionante que suena, los científicos aclaran que este fenómeno no implica viajes en el tiempo ni afecta nuestra realidad física. En cambio, se trata de una manifestación de la superposición cuántica: los fotones existen simultáneamente en un estado de absorción y libertad. La medición crea una ilusión matemática en la que parece que el tiempo corre hacia atrás.

Más allá del misterio, este descubrimiento tiene implicaciones prácticas. Profundizar en la comprensión de fenómenos como el ‘Tiempo Negativo’ podría acelerar el desarrollo de tecnologías cuánticas, desde computadoras más potentes hasta sistemas de comunicación más seguros.