Petro: el pequeño tirano

POR : Juan Manuel Navarro Romero

Hoy, más de la mitad del mundo -54.6%- no tiene democracia. La democracia, entonces, es la excepción. Es difícil de conseguir, pero, sobre todo, es difícil de mantener. Y no es perfecta, ni está cerca de serlo. Pero de las opciones que tenemos, es de lejos la mejor. Que lo digan Venezuela, Cuba o Corea del Norte.

¿Por qué, entonces, elegimos un hombre que desprecia la democracia? ¿Por qué elegimos un presidente que no cree en el parlamento? En definitiva ¿Por qué elegimos un pequeño tirano? Lo hicimos porque muchos no creían -y aún no creen- que Gustavo Petro es todo eso.

En este breve texto, me referiré únicamente a lo que el presidente ha hecho en los últimos meses para desnudarlo como lo que es: un pequeño tirano

Tiranía en la salud. Quien abusa de su poder en cualquier concepto o materia, dice la RAE, es un tirano.  El presidente perdió el pulso democrático de la salud. El 4 de abril, luego de 7 horas de debate y más de un año de trámite, su reforma se hundió. Y como buen tirano, lo que no consensa por las buenas, lo impone por las malas.

Mediante la Superintendencia de Salud intervino forzosamente a las EPS más grandes del país.  Esto es, se remueve al gerente y a la junta directiva de la EPS, y se designa una persona que dirigirá como interventor.

Prácticamente una expropiación. No lo digo únicamente yo, lo dice el Ex- Superintendente Nacional de Salud, Fabio Aristizábal: “Esto es prácticamente una expropiación (…) al Gobierno lo que le interesa es administrar las EPS (…) uno no ve que tome medidas de fondo (…)”

El presidente está imponiendo su reforma con decretos. Cambió los votos en el congreso por firmas en su despacho. Lo antidemocrático está fuera de duda. Hay quienes ingenuamente creen que puede ser una buena decisión. A ellos, respetuosamente les comparto estas dudas:

¿Será buen administrador el gobierno de los líderes que reconocen no saber matemáticas? ¿El gobierno de los ministerios que ejecutan el 2% del presupuesto? ¿Será buen administrador ese gobierno que por error pagó tres veces la nómina estatal?

Constituyente. La política es dinámica, pero Gustavo Petro está a otro nivel. Algunas de sus declaraciones en orden cronológico a continuación:

Candidato Petro (2018): “Me comprometo a no convocar una Asamblea Constituyente y a defender a fondo la Constitución de 1991”. Candidato Petro (2022): “No, yo no quiero una Asamblea Constituyente porque la Constitución de 1991 me permite hacer los cambios que quiero hacer en el país” presidente Petro (2024). “Colombia tiene que ir a una Asamblea Constituyente (...) y debe transformar las instituciones”

¿Cuál es la fantasía de un tirano limitado por instituciones fuertes? Reformarlas y debilitarlas. ¿Cómo? Con una constituyente.

Estigmatización de la prensa. La prensa es un contrapeso al poder: lo investiga y lo expone. Y la verdad, a nadie incomoda tanto el periodismo como al tirano. No es sorpresa entonces que el presidente Petro vea en los medios un acérrimo enemigo.  Así, descalificar y estigmatizar a medios y periodistas se volvió un pasatiempo del presidente.

Petro y Trump tienen mucho en común, pero atacar medios y utilizar el cuento del ‘relato periodístico’ cuando les descubren una verdad incómoda, es casi calcado.

Conclusión, he hablado del presidente como un pequeño tirano, porque -gracias a Dios- nuestras instituciones y nuestra patria son más grandes que cualquier ambición personal.

No podemos, sin embargo, dormirnos en los laureles. Lo más importante que tenemos los colombianos es nuestra democracia. Es deber para con la república protegerla.

Colombia es la nación que sobrevivió las espadas de los conquistadores españoles, las balas de las guerrillas y las bombas de los narcotraficantes. La República de Colombia, entonces, sobrevivirá a la demagogia de un tirano, pequeño o grande.  Pero la primera defensa, debemos ser nosotros, los colombianos.