Resumen
El Concejo de Bucaramanga aprobó la liquidación de Metrolínea debido a una deuda de más de 600.000 millones de pesos. El alcalde Jaime Beltrán tiene seis meses para designar un liquidador y estructurar un nuevo sistema de transporte público, con enfoque en sostenibilidad y eficiencia.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Alcalde Jaime Beltrán tiene seis meses para designar liquidador
Para algunos concejales, los sistemas de transporte público no pueden depender únicamente de la rentabilidad financiera. Es necesario un subsidio que permita garantizar el servicio sin comprometer su viabilidad a largo plazo.
En sesión de este martes, el Concejo de Bucaramanga aprobó la liquidación del ente gestor de Metrolínea, marcando el inicio del fin para un sistema que acumuló deudas millonarias durante años debido a fallos judiciales, laudos arbitrales, demandas laborales, vandalización de las estaciones, daño en la flota y la terminación de contratos con operadores.
Esta decisión representa un hito en la administración del alcalde Jaime Andrés Beltrán, quien ahora asume la tarea de estructurar un nuevo sistema de transporte para la ciudad.
Según Rafael Vanegas, asesor jurídico de la Alcaldía de Bucaramanga, el déficit de Metrolínea supera los 600.000 millones de pesos. Este abismo financiero se formó por una combinación de malos manejos administrativos y planeación ineficiente desde la creación del sistema.
Aunque en agosto de 2023 la asamblea general de accionistas aprobó la disolución de Metrolínea S.A., la normativa exigía la autorización del Concejo para formalizar la liquidación.
Vanegas explicó que, tras esta aprobación, la junta de accionistas deberá designar un liquidador para gestionar la disolución de la sociedad. Mientras tanto, la Alcaldía, en conjunto con el Área Metropolitana de Bucaramanga y los alcaldes de los municipios aledaños, trabajará en la estructuración de un nuevo sistema de transporte público.
Sistema en decadencia
Actualmente, Metrolínea opera con 138 buses, de los cuales solo 12 son padrones y 6 alimentadores pertenecen a la empresa Metro Cinco Plus. El resto son vehículos de transporte público colectivo operados por empresas con acuerdos comerciales. Esta dependencia de terceros para mantener el funcionamiento refleja la precariedad del sistema.
Jhon Manuel Delgado, director del Área Metropolitana de Bucaramanga, aseguró que su entidad liderará la transición para garantizar la continuidad del servicio. "Estamos diseñando un plan de contingencia que aproveche las estaciones, el carril exclusivo y la experiencia de las empresas de transporte masivo actualmente habilitadas. La idea es plantear un esquema operativo eficiente que no afecte a los usuarios", afirmó Delgado.
Sistema inició mal y terminó peor
El Concejal Cristian Andrés Reyes Aguilar (foto) destacó que la liquidación del ente gestor no significa el fin del transporte masivo en Bucaramanga, sino la oportunidad de rediseñar un sistema funcional y sostenible.
"No podíamos salvar un sistema con pasivos de más de 600.000 millones de pesos. Ahora, el alcalde tiene la facultad de estructurar un modelo que piense en el usuario, sea de calidad y esté subsidiado por el Gobierno, porque hay que acabar con el 70% del transporte informal que hoy se mueve en Bucaramanga", indicó Reyes Aguilar.
El concejal también subrayó la importancia de garantizar los derechos laborales de los trabajadores de Metrolínea. "Es fundamental que a los empleados se les paguen sus prestaciones e indemnizaciones. Aunque Bucaramanga no es corresponsable de estas obligaciones, se debe asegurar que los trabajadores reciban lo que les corresponde", agregó.
Metrolínea, que inicialmente fue concebido como una solución de transporte moderno y sostenible, terminó siendo un reflejo de la mala planeación y corrupción. Desde su inicio, el sistema enfrentó problemas técnicos, financieros y operativos que nunca se resolvieron de manera efectiva. Para Reyes, este proceso de liquidación es "los santos óleos a un sistema que empezó mal y terminó peor".
Futuro del transporte público en Bucaramanga
La liquidación de Metrolínea no implica un vacío en el transporte público. El carril exclusivo se mantendrá para buses y taxis, prohibiendo su uso por vehículos particulares y motocicletas. Esto asegura que la infraestructura existente no sea abandonada, mientras se redefine su propósito dentro del nuevo modelo de transporte.
Delgado mencionó que el diseño del nuevo sistema tendrá en cuenta criterios de sostenibilidad y eficiencia. Además, se buscará integrar a los transportadores locales, tanto grandes como pequeños, quienes han sido clave para mantener el transporte público en funcionamiento.
"El nuevo sistema debe ser amigable con el medio ambiente y garantizar un servicio de calidad. Para ello, se contratará un estudio técnico que determine la mejor solución", señaló.
El alcalde Jaime Andrés Beltrán cuenta con un plazo de seis meses para designar al liquidador de Metrolínea y avanzar en la estructuración del nuevo modelo de transporte.
Esta tarea no sólo implica resolver el vacío administrativo, sino también responder a las necesidades de los usuarios y prevenir los errores que llevaron al colapso del sistema anterior, Reyes enfatizó la necesidad de un modelo subsidiado por el gobierno para asegurar su sostenibilidad.