Resumen
El CDI en La Inmaculada, tras una inversión de 14.200 millones de pesos, sigue cerrado por fallas estructurales y enfrenta vandalismo y ocupación ilegal. Se planea convertirlo en Casa Búho para niños vulnerables, pero genera preocupación por la seguridad. La Contraloría investiga el caso.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)La inversión de 14.200 millones de pesos en el Centro de Desarrollo Infantil (CDI) del barrio La Inmaculada, inaugurado a finales de 2019, se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para las autoridades locales y un perjuicio para la comunidad.
A pesar de la millonaria inversión, el CDI permanece cerrado y en total abandono debido a fallas estructurales que impiden su funcionamiento. Ramiro Vázquez, veedor ciudadano, denunció que la situación es cada vez más crítica, con actos de vandalismo y ocupación irregular de las instalaciones.
"Es una vergüenza que un proyecto de tal magnitud se haya convertido en un elefante blanco", aseguró Vázquez. "La negligencia de las administraciones ha sido evidente, y las consecuencias las están sufriendo los niños de la comunidad, quienes se quedan sin un espacio adecuado para su desarrollo".
El CDI del barrio La Inmaculada estaba destinado a atender a niños de 0 a 4 años, cubriendo una necesidad importante en el sector. Sin embargo, las constantes objeciones del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) relacionadas con la infraestructura, han retrasado indefinidamente su apertura.
Ante esta situación, la Alcaldía de Bucaramanga ha considerado alternativas como convertir el CDI en una Casa Búho, un espacio de cuidado para niños en situación de vulnerabilidad. Sin embargo, esta opción ha generado preocupación entre los vecinos, quienes temen que el lugar se convierta en un foco de inseguridad.
La Contraloría General de la República ha iniciado una investigación y ha fijado un plazo para la entrega definitiva del CDI en noviembre. No obstante, el estado actual de las instalaciones y la lentitud de los procesos administrativos hacen dudar sobre la efectividad de esta medida.
El abandono del CDI es un claro ejemplo de la mala gestión de los recursos públicos y de la falta de prioridad en temas sociales. La comunidad exige una solución pronta y efectiva a este problema, que afecta directamente a los niños y sus familias.