Resumen
Estudiantes de la UIS proponen modernizar el escudo de Bucaramanga, desestimando su valor histórico y de identidad, lo que genera polémica. Esta iniciativa contrasta con el propósito de los escudos, que son símbolos de identidad perdurables.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Un grupo de estudiantes de la UIS, con mucha publicidad y poca profundidad en el tema, resolvió proponerle al Concejo de Bucaramanga eliminar el escudo que ha identificado a nuestra ciudad por cerca de ochenta años, para darle un toque de modernidad, como si se tratara de un logotipo de publicidad, que hay que adaptarlo a las nuevas tendencias de diseño del siglo XXI y darle respuesta a las nuevas generaciones, que quieren destacar otro tipo de valores. Grave, desconociendo que los escudos no son memoriales de historia, son de origen bastante antiguo y se remontan al siglo XI, es decir hace más de mil años y buscaban principalmente que los guerreros se diferenciaran de sus contrincantes en las batalles. Pero hoy son elementos considerados de identidad, de simbología tradicional, que los usan casi todas las ciudades y países, para nosotros también las provincias, los instituciones y hasta los deportistas en cada equipo. Su esencia fundamental es que permanecen por generaciones y consoliden la identidad de las instituciones.
El presidente Gustavo Petro ha propuesto algo similar y ya ha radicado un proyecto de Ley el pasado 6 de noviembre, con los lineamientos del nuevo escudo de Colombia, que adicionara la palabra “justo” al texto tradicional de Libertad y Orden, para modificar un símbolo que está vigente desde 1834, aprobado por la Ley 3 por el general Francisco de Paula Santander y ratificado el 17 de mayo de 1924 y reglamentado el 9 de noviembre de 1949.
Es posible que ninguno de estos jóvenes que se declararon enemigos del escudo de la ciudad, haya nacido en Bucaramanga y mucho menos deben saber quién fue su autor, Enrique Otero D´Costa, un respetado intelectual bumangués nacido 1883 y fallecido en 1964, reputado escritor, historiador y académico, autor de varios libros, como El Cronicón Solariego; Dianas Tristes: Crónicas de la Guerra de los Mil Días (1898-1902); Vida del Almirante José Padilla; Montañas de Santander y Crónicas de la Guerra de los Mil Días entre muchos otros, que aportó interesantes documentos a la historiografía nacional y regional.
Otero D´Çosta no fue ningún diseñador gráfico, concejal o político que improvisó con el escudo y sus investigaciones, a principios del siglo XX sobre la historia de Bucaramanga, dieron un enfoque novedoso, digamos que menos académico y acartonado que sus predecesores, consolidando su reputación durante la primera mitad del siglo XX. Por su parte y la de varios de sus contemporáneos, hubo un intento notable por escribir una historia del país novedosa, y además alejada de los modelos tradicionales.
Considerar que los escudos deban tener rigurosidad histórica, es tan ingenuo como pretender que el Imperio Alemán debió cambiar su escudo porque científicamente se puede demostrar que nunca hubo águilas bicéfalas (de dos cabezas).
Nota final. Apoyo total a las autoridades municipales que están limpiando muros y fachadas de espantosos grafitis que afectan la estética de los accesos a la ciudad.
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