Resumen
Los trastornos alimentarios en adolescentes han aumentado alarmantemente pospandemia, con redes sociales como factor agudizante al establecer estándares de belleza irreales. Esto afecta tanto su salud física como emocional, necesitando una atención integral y un entorno familiar de apoyo.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Los trastornos de la conducta alimentaria entre adolescentes están aumentando de manera alarmante, un fenómeno que se ha acentuado especialmente después de la pandemia.
Este tipo de trastornos incluyen afecciones como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón, los cuales afectan no solo la salud física de los jóvenes, sino también su bienestar emocional y psicológico.
El Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos Alimentarios, celebrado cada 30 de noviembre, resalta la importancia de entender cómo los factores como las redes sociales están influyendo en este creciente problema.
Según la Encuesta Nacional de Salud Mental, alrededor del 9.3% de los adolescentes colombianos presentan comportamientos que podrían derivar en trastornos alimentarios.
Sin embargo, esta cifra ha aumentado considerablemente tras la crisis sanitaria global, que trajo consigo mayores niveles de estrés, ansiedad y alteraciones en los hábitos de vida.
La doctora Ligia Rueda Guzmán, psiquiatra del Hospital Internacional de Colombia (HIC), explica que el impacto de las redes sociales ha sido un factor agravante en el desarrollo de estos trastornos.
"Las redes sociales están estableciendo estándares de belleza irreales, muchas veces modificados a través de filtros y técnicas de edición. Esto genera una constante comparación y una búsqueda desesperada por alcanzar una perfección que no existe", afirma la especialista.
Lo más alarmante es el creciente número de niños menores de 13 años que se ven afectados por trastornos alimentarios. Según la doctora Rueda Guzmán, alrededor del 21% de los pacientes en programas de tratamiento son menores de 13 años. "Esta cifra debe poner en alerta a las familias y comunidades sobre cómo estamos abordando este problema", agrega.
Los trastornos alimentarios no solo afectan a adolescentes mayores, sino que cada vez más niños más pequeños son víctimas de la presión social impuesta por las plataformas digitales.
Los adolescentes que pasan muchas horas en las redes sociales son particularmente vulnerables a estos trastornos. Investigaciones publicadas en la revista Eating and Weight Disorders y por la Asociación Nacional de Trastornos de la Alimentación (NEDA) señalan que cada hora adicional que los jóvenes pasan frente a pantallas consumiendo contenido relacionado con estándares de belleza aumenta la probabilidad de que desarrollen problemas alimenticios.
"La constante validación a través de 'likes' y comentarios, tanto positivos como negativos, afecta profundamente su estado de ánimo, llevándolos a conductas extremas como la restricción alimentaria o los ejercicios excesivos, en un intento por cumplir con estándares de belleza inalcanzables", añade la doctora Rueda.
Es importante destacar que los trastornos alimentarios no solo se limitan a la anorexia o bulimia nerviosa. El trastorno por atracón, que implica comer grandes cantidades de comida de manera descontrolada, también se ha convertido en una de las afecciones más comunes.
La doctora Rueda Guzmán explica que estas condiciones tienen un gran impacto en la salud física y emocional de los adolescentes, y en algunos casos, pueden tener consecuencias fatales si no se tratan a tiempo.
Además, los populares "retos" de transformación corporal y pérdida de peso que circulan en plataformas digitales están aumentando la presión entre los jóvenes.
Muchos adolescentes se someten a dietas extremas y ejercicios intensos, perdiendo gradualmente el control sobre su relación con la comida. Este tipo de comportamientos pueden desencadenar trastornos alimentarios graves y, en algunos casos, conducir a consecuencias irreversibles.
El desarrollo de un trastorno alimentario no solo afecta al adolescente, sino que también tiene un impacto significativo en su familia. "Los padres comienzan a notar cambios en el comportamiento, como la mentira, el aislamiento o el malestar físico. Esto genera ansiedad, angustia y una sensación de impotencia al no poder ayudar a su hijo", explica la psiquiatra.
Los padres deben estar atentos a ciertos signos, como la pérdida de peso inexplicada, la obsesión por el ejercicio físico, la preocupación excesiva por el peso o frases como "me siento gordo" o "me veo más delgado". Estos pueden ser indicios claros de que algo no está bien.
La prevención de los trastornos alimentarios comienza en el hogar. La doctora Rueda Guzmán enfatiza la importancia de crear un ambiente familiar sólido, donde los adolescentes se sientan respaldados y valorados.
"El cariño y la autoestima son fundamentales para prevenir que los jóvenes busquen validación en los estándares de belleza impuestos por las redes sociales", explica. Fomentar una relación saludable con la comida, evitar imponer restricciones severas y supervisar el uso de redes sociales son medidas clave para prevenir estos trastornos.
Cuando el trastorno alimentario ya está presente, el tratamiento debe ser integral. La doctora Rueda Guzmán señala que en el Hospital Internacional de Colombia, los adolescentes pueden recibir tratamiento ambulatorio con un equipo multidisciplinario que incluya psicólogos, psiquiatras y nutricionistas. "En casos más graves, como los que implican un riesgo para la vida del adolescente, puede ser necesario un tratamiento hospitalario para restaurar su salud física y emocional", agrega.
El Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos Alimentarios debe ser un recordatorio de la importancia de abordar este problema de manera integral. La presión social, exacerbada por el uso excesivo de las redes sociales, está afectando cada vez más a los adolescentes.
Es necesario que tanto las familias como las comunidades educativas trabajen juntas para crear un entorno que promueva la salud mental y física, alejándose de los estándares de belleza irreales impuestos por el mundo digital. La prevención y el tratamiento adecuado pueden marcar la diferencia en la vida de los jóvenes afectados.