Resumen
Una masacre en El Guabo, Ecuador, dejó 10 muertos, incluyendo nueve colombianos, en medio de una ola de violencia creciente en la provincia de El Oro. Las autoridades investigan una posible conexión con el crimen organizado, enfatizando la urgencia de fortalecer la lucha contra el narcotráfico.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Una nueva ola de violencia sacude a Ecuador. En la madrugada de este lunes, diez personas perdieron la vida en una brutal masacre ocurrida en un predio rural del cantón de El Guabo, provincia de El Oro. De las víctimas, nueve eran ciudadanos colombianos y una, ecuatoriana.
Según el coronel Pablo Vinicio Fajardo Delgado, comandante de la Policía en la zona, los cuerpos fueron encontrados en el predio y sus alrededores, presentando múltiples impactos de bala. Un décimo cadáver, desmembrado, fue hallado a un kilómetro de distancia.
Las autoridades investigan si las víctimas fueron sorprendidas mientras dormían y si algunas lograron escapar del ataque. Se presume que las víctimas habían alquilado el predio días atrás, aunque aún se desconocen los motivos.
Este nuevo hecho de sangre se suma a una escalada de violencia que azota a la provincia de El Oro en las últimas semanas. Según reportes locales, entre el sábado 30 de noviembre y el 1 de diciembre se registraron 27 muertes violentas.
Las autoridades manejan la hipótesis de que la masacre estaría relacionada con un ajuste de cuentas entre bandas criminales, aunque hasta el momento no se han encontrado antecedentes penales entre las víctimas. En la escena del crimen se halló un panfleto con amenazas, lo que refuerza esta teoría.
La masacre ha generado conmoción en Ecuador y Colombia, poniendo en evidencia la compleja situación de seguridad en la región. Las autoridades de ambos países han anunciado que trabajarán en conjunto para esclarecer los hechos y capturar a los responsables.
Este nuevo hecho de sangre reaviva el debate sobre la necesidad de fortalecer las acciones contra el crimen organizado y el narcotráfico, que son considerados como los principales responsables de la creciente violencia en la región.