Resumen
La Alcaldía de Bucaramanga impulsa un proyecto para mitigar riesgos de deslizamientos en la Comuna 4, construyendo pantallas ancladas para proteger a más de 200 familias en riesgo. La obra, con una inversión de 27.000 millones de pesos, busca garantizar seguridad y estabilidad en la zona.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Prevención para salvaguardar la vida y bienes de miles de personas
Esta acción se realizará en la Comuna 4 y, además, se incluirá la reparación de vías, el fortalecimiento de sistemas de drenaje pluvial, la mejora en los servicios públicos y otras obras de ornato.
La Alcaldía de Bucaramanga, a través de su Secretaría de Infraestructura, ha dado inicio a un ambicioso proyecto de mitigación de riesgos en el barrio La Feria, ubicado en la Comuna 4 de la ciudad.
Este proyecto tiene como objetivo proteger a más de 200 familias que aún viven bajo la amenaza de deslizamientos de tierra, una problemática que se volvió especialmente crítica después del grave deslizamiento que ocurrió en 2022 en los asentamientos Camilo Torres y Cuyanita.
El proyecto consiste en la construcción de pantallas ancladas en la escarpa occidental de Bucaramanga, una zona de alto riesgo geológico debido a su inestabilidad.
Estas pantallas, que se anclan profundamente en el terreno, son una medida técnica diseñada para estabilizar los taludes y evitar nuevos deslizamientos que puedan poner en peligro la vida y las viviendas de las personas que habitan la zona.
Obras fundamentales
En una visita técnica al área, la secretaria de Infraestructura, María del Rosario Torres Vargas, dio detalles sobre el inicio de las obras y destacó la importancia de la iniciativa.
"Estamos iniciando una obra de mitigación para la construcción de pantallas ancladas, con un tiempo de duración de 15 meses y una inversión de 27.000 millones de pesos. De esta forma seguimos con el trabajo para brindarle a los bumangueses seguridad y calidad de vida", expresó la funcionaria.
Este proyecto se desarrolla en el marco del contrato 226 de 2024 y contempla una serie de actividades técnicas, que incluyen perforaciones horizontales y la instalación de las mencionadas pantallas ancladas.
Aunque estas obras son fundamentales para garantizar la seguridad en la zona, también pueden generar algunas afectaciones a las viviendas cercanas al talud, por lo que se implementará un protocolo para atender cualquier imprevisto.
Mejorar la estabilidad a largo plazo
Uno de los primeros pasos que están llevándose a cabo es la recopilación de información sobre el estado de las viviendas a través de actas de vecindad, un procedimiento necesario para documentar las condiciones actuales de las casas ubicadas en el área de influencia del proyecto.
Esto permitirá realizar un seguimiento de posibles alteraciones que puedan surgir durante el desarrollo de la obra y dar respuesta oportuna en caso de que alguna vivienda se vea afectada por las intervenciones.
"Este proceso inicial es fundamental para tener un registro claro de las condiciones de las viviendas y poder intervenir de manera efectiva si es necesario", explicó Torres Vargas.
La obra tiene una duración estimada de 15 meses, lo que significa que las comunidades afectadas podrán comenzar a ver los primeros resultados hacia el segundo semestre de 2025.
Sin embargo, la inversión de 27.000 millones de pesos será un factor crucial para garantizar la calidad y la efectividad de las soluciones implementadas, que no sólo buscan evitar nuevos deslizamientos, sino también mejorar la estabilidad de la zona a largo plazo.
Hace dos años ya hubo un deslizamiento
De acuerdo con la Alcaldía, el proyecto forma parte de una serie de acciones para mejorar la calidad de vida en este sector de Bucaramanga, donde se han venido desarrollando varios programas de intervención social y urbana en los últimos años.
En este contexto, la construcción de las pantallas ancladas es un paso decisivo para garantizar la seguridad de la zona, ya que Bucaramanga, debido a su geografía montañosa, enfrenta constantes amenazas de deslizamientos, especialmente durante la temporada de lluvias.
La escarpa occidental, en particular, ha sido históricamente una de las áreas más vulnerables de la ciudad, lo que ha llevado a las autoridades a implementar medidas preventivas y correctivas para reducir los riesgos asociados con estos fenómenos naturales.
El deslizamiento ocurrido en 2022 fue un recordatorio dramático de los peligros que enfrentan las comunidades de la zona. Durante ese evento, varias viviendas de los barrios Camilo Torres y Cuyanita fueron afectadas por el colapso de parte de la ladera, lo que resultó en pérdidas materiales y una fuerte alarma en la población.